Takemichi a su edad menor ayudo y encontró a unos pequeños que en el futuro son capaz de hacer lo que sea con tal de tener el amor a su vez cariño del omega. 💖
Un lindo chico de cabello negro muy rizado como sedoso, su cuerpo era perfecto era todo detallado sus curvas bien firmes mas bien su piel muy suave de color piel pálida pero no tanto, ese seria su omega perfecto para aquellos dos alfas como una beta.
Takemichi Hanagaki, aquel omega deja suspirar a mil razones cuando le encontraron.
- Por favor ! Deja de golpearle...TE LO SUPLICO! - con la voz rota a la vez desgarrada de tanto botar esas lágrimas saladas que rodaba en su delicadas mejillas queriendo detener aquel agresor que maltrataba a alguien que apreciaba.
Que se sentía protegido
Que era el único que le entendía de su situación
Que ahora esta en la vida y la muerte...
Se preguntaran como llegaron a esto? Comencemos desde cuando se conocieron unos pequeños niños que en el futuro serán temidos por todo Tokyo.
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-Takemichi Hanagaki 11 años-
Estaba parado en las afueras de su colegio porque iban entregar su resultados de que seria como: alfa, beta y la mas sobrevalorada "omega", los omegas eran un ser para abrir las piernas solo para sus alfas y satisfacción en sus necesidades carnales. Su papá es beta y la mamá un alfa aunque aquel alfa le dejo por una omega, estaba aterrado su padre que su hijo le salga omega pero era poca probabilidad ya que ninguno de su familia era esa clase de ser. Oh! Sorpresa el destino le dará su giro inesperado.
Mientras tanto Takemichi estaba afuera esperando aburrido, cansado, con ganas de ir a su casa y ponerse a jugar como cualquier otro niño, en ese entonces escucha a alguien llamándolo, su pequeña cabecita gira donde aquel producto sonido, era un señor no tan reconocible aquel niño de ojos zafiros comienza a temblar su padre no estaba ahí.
- Hola como te llamas muchacho?- pone una sonrisa queriendo tranquilizar al pequeño pues abra funcionado, Takemichi dejo de temblar pero si estaba precavido por cualquier situación.
- Take..michi - sus manos pequeñas agarra sus bordados de la chaqueta diseñada con nubes alrededor de el, mira al extraño con su inocencia que tenia en pie mientras el mira por todos lados como si quiere encontrar a alguien.
- Sabes gustas de unas galletas los prepare yo mismo se nota que tienes hambre - de su bolsillo saca unas galletas con chispas de chocolate el cebo perfecto para un niño amante de los dulce. El pequeño tendría dudas de tomarlo o no pero tiene hambre, estaba aquí desde minutos para el se convierte horas sin que coma nada.
Agarra con timidez la galleta que tenia el señor como todo un niño educado le agradece y comienza a dar una mordida, sus ojitos azules brillan al sentir lo dulce que era en eso come un poco desesperado para poder saciarse del hambre, al terminar le dedica una sonrisa dulce agradeciéndole nuevamente.
