[Headcanons] - Tokyo Revengers

4 - Keisuke Baji

—¡Nos vemos otro día! — te despedías de la persona que te había acompañado.

Aquel sábado por la tarde, regresabas a casa luego de un día un poco agotador. Habías salido con cierto joven de estatura por debajo del promedio, al conocerlo mejor, te diste cuenta de que pasar tiempo con el chico no fue tan malo como pensaste. Su carisma era encantador y lo tenías que admitir, no cualquiera lograba llamar tu atención.

Momentos antes de llegar a tu destino, fuiste por un poco de comida. Al terminar de elegir lo que necesitabas, pagaste por tus compras y saliste del establecimiento. Cuando pasaste por un callejón viste a unos chichos, al parecer rodeaban a alguien. Detuviste tu andar y retrocediste para ver mejor lo que pasaba, frunciste el ceño al ver a una joven casi de tu misma edad siendo acosada por aquellos idiotas. No dudaste y te acercaste.

—¡Te estaba buscando! — fingiste conocerla y estar preocupada por ella — no vuelvas a dejarme sola, sabes que hoy es importante — continuaste con tu actuación a la vez en que te acercabas, tomando del brazo a la joven. Ella estaba confundida, pero al mismo tiempo te agradecía con la mirada.

—Lo siento — fue lo único que dijo para seguirte el juego.

—Bueno, ya vámonos — ignorando a los presentes, empezaron a irse del lugar. Fue cuando sentiste como te sujetaban el brazo, luego escuchaste algunas risas.

—¿Qué tenemos aquí? — el que te detuvo quiso ver quién les había malogrado el momento.

—Vaya, sí que estás buena — otro se acercó — ¿no te gustaría acompañarnos?, la vamos a pasar bien — te miró de pies a cabeza para luego sonreírte coquetamente.

—¿Cómo te llamas linda? — el último puso sus manos en los bolsillos y se colocó frente a ustedes — si eres obediente, podríamos olvidar que nos interrumpiste.

—Dejen que nos vayamos, por favor...

—Silencio, no hablaba contigo. Ya se presentó algo mejor — luego de callarla, volvió a fijarse en ti.

—Entonces, ¿nos acompañas?

—Agradezco mucho tu invitación. Realmente lamento mucho no poder asistir — volviste a fingir.

Tu respuesta logró fastidiarlos. Por ello se pusieron agresivos y al forcejar para acercarte a ellos terminaron empujando a quien intentabas sacar de ahí. Se burlaron al ver lo que provocaron.

—¿Saben?, un día se va a poner de moda ser imbécil y algunos no sabrán qué hacer con tanta fama — ahora era tú la que se burlaba.

—Pequeña zorra-

—¿Estás herida? — te volteaste para ignorarlo, ayudaste a que ella pueda levantarse y le susurraste — déjamelo a mí, puedes irte.

La joven negó con la cabeza, no quería dejarte. Le sonreíste y la guiaste para que pueda irse, ella te obedeció y se fue a buscar ayuda. En cuanto a los que estaban a unos pasos de ti, regresaste a verlos con una sonrisa.

—Bien idiotas, terminemos con esto.