Ni siquiera la ropa holgada disminuía su barriga, esa mañana se había levantado más redondo y gordo de lo normal.
"Ay, no" sollozo, viéndose en el espejo.
Era su fin.
Como sabía que eso pasaría en cualquier momento, él simplemente comenzó a empacar sus cosas en una maleta, no todas, pero si lo necesario para salir el fin de semana en casa de su madre y ver qué haría.
Aunque estaba contando los pollitos antes de nacer, él sólo quería ser precavido.
El día transcurrió normal, lo de siempre, él llorando, él teniendo antojos, él llorando de nuevo porque no era valiente, él viéndose al espejo.
Y cuando John llegó esa tarde, quiso llorar de nuevo.
"Mi amor" lo saludó, dándole un beso "Te extrañé, tuve mucho trabajo hoy"
Paul solo sonrió tristemente.
"La cena está en la cocina" avisó
"Pero primero, dame un abrazo"
"¡No!" se sobresaltó, alejándose de inmediato, su barriga inevitablemente chocaría contra el abdomen su novio "Hueles a sudor" inventó una tonta excusa, ganándose una mueca por parte de John.
"Eso nunca te ha interesado" arrugó el entrecejo "Pero bueno, me iré a duchar para que luego ambos nos abracemos en el sofá y darte muchos besos"
Paul asintió.
Eso no iba a pasar.
Ya tenía la maleta lista esperando por él, aunque su plan era el más cobarde de todos, igual lo llevaría a cabo.
Se iría del departamento sin siquiera darle una explicación.
Era lo mejor.
Cuando escuchó la puerta del baño ser trancada, supo que era su momento, se quitó el enorme abrigo que lo cubría y miró hacia abajo, su barriga se notaba demasiado bajo esa playera blanca que traía puesta.
Caminó hasta la entrada, cuando tenía la mano en el pomo de la puerta para abrirla, la voz de John lo detuvo.
"Bebé" John se quedó estático, viendo la espalda de Paul, una maleta a lado de él y su mano en el pomo de la puerta "¿Para donde vas?"
Paul no contestó, solo ahogó un sollozo.
"Amor" insistió John "¿Irás al supermercado?" preguntó inocente.
Demasiado ajeno a la realidad.
"J-John..." su voz se quebró.
"Hey, mi vida, mírame" pidió "Sea lo que sea podemos solucionarlo juntos, pero por favor no te vayas" la desesperación ya estaba tomando control de su cuerpo, todo era demasiado obvio.
Paul lo quería abandonar.
"Cariño" rogó "por favor"
Entonces Paul no lo soportó, se partió en sollozos, dejando caer la maleta al suelo, el ruido golpeteando en sus oídos una y otra vez.
"¡Estoy embarazado!" gritó, dándose la vuelta.
La mirada de John inevitablemente quedó atrapada en el abultado estómago de Paul, sintió como su respiración fallaba y sus manos comenzaban a temblar.
"T-Tú..." comenzó a tartamudear, respirando pesadamente.
"Yo lo siento muchísimo" Paul sollozó, agarrándose el abdomen "No quería, yo sé que esto no estaba en tus planes, si por mi hubiese sido yo..."
"No digas nada" John lo cortó "Solo quiero, Dios, solo quiero un momento para pensarlo"
Paul asintió, sorbiendo por su nariz, agarró la maleta de nuevo del piso, apretando fuertemente su mano.
John que vió sus intenciones, solo respiró profundo.
"No tienes por qué irte" habló entrecortadamente, mirando para todos lados excepto a Paul "Yo te sigo amando, es solo que... Es solo que, Dios" se agarró el cabello en señal de frustración.
Como pudo rápidamente fue a la habitación, vistiendose. Mirando para todos lados, agarró de nuevo su billetera y caminó hasta la salida.
"Solo no te vayas" susurró, agarrando las mejillas de su novio cuando estuvo al lado de él "Quiero que cuando yo vuelva, sigas aquí, por favor"
Paul asintió, reteniendo el llanto, queriendo lanzarse a los brazos de John.
"Está bien, John, yo lo siento tanto"
Asintió, muy ajeno a lo que lo rodeaba.
"Te amo, no lo olvides" susurró, besando su frente.
Se dió media vuelta y salió del departamento a pasos rápidos, dejando a un lloroso Paul.
