Capitulo 2

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Tres años después:

El reloj marcaba las doce en punto, se podía ver un bar de mala muerte con algunos alfas fumando afuera del establecimiento, quedan sorprendidos cuando una motocicleta de último modelo moderna y, que parecía, cara.

Un beta se baja de esta con unos leggins negros ajustados marcando su trasero, un top dejando su abdomen al descubierto y un saco de cuero negro que no parecia ser suyo por la talla grande.

—Madre mía que piernas.--- Dijo uno acercandose al chico.--- ¿Cómo a qué hora abren?

—A la misma hora que jalo de este gatillo.--- Le muestra un arma y se quita el casco mostrando sus rizos de color negro.--- ¿Quieres que las abra precioso?

Los alfas se intimidan y se alejan rápidamente del lugar haciendo reír al beta.

—Ash, espero que no me roben la moto porque si no Kacchan va a matarme por usarla sin su permiso.

Entra a aquel bar e intenta no cubrir su nariz por el olor a cigarrillo fuerte que había. Su alfa dejo de fumar ya que le incomodaba el aroma a él pero cambio por los de sabores y esos no son tan molestos.

Va a hasta el bar y le sonríe al barman.

—Una cerveza.

—No pareces de por aquí.

—Y no lo soy, un beta de mi clase también le van estos lugares, ya sabes, busco ser rebelde.

—Joder, me gustan de esos.

—¿Verdad?--- Izuku sonríe coquetamente.--- Sabes... Tambien soy un rebelde en la cama, me gusta hacer desastre con mis parejas sexuales.

Nota como el beta se muerde el labio sonriendo, le hace señas a otro sujeto de la barra y sale de ahí.

—¿Vienes primor? Me apetece enterrar mi pene en tu culo gordo ahora mismo.

Izuku sonríe y asiente emocionado, comienza a seguir al hombre hasta una puerta y entran en un pasillo, lo lleva hasta un cuarto y el Omega escucha el "click" de la cerradura para que nadie abriera la puerta.

—Eres jodidamente exitante y, maldicion, quiero que te sientes en mi cara.

El hombre voltea pero cae al suelo cuando Izuku le dispara, no tenía de que preocuparse ya que las balas eran pequeñas bolitas que impactan en la piel explotando y liberando una sustancia que dejaba dormida a la persona, como si fuera un dardo tranquilizante.

Se le había asignado un caso sobre trata de cachorros, estaban secuestrando cachorros por razones que desconocían pero existía dos posibilidades que Izuku dedujo.

Pedofilia o explotación. Secuestraban de diez a quince años, usarlos a su beneficio como para que vendan droga e incluso la prostitución. Creían que era una organización pequeña ya que hasta el momento, solo habían sido cinco cachorros por el momento y debían aprovechar que era una organización pequeña y destruirla antes de que crezca.

Según las investigaciones, todo lo llevo a aquel bar de mala muerte.

Izuku salió y con mucho cuidado para no ser descubierto, se movía con cautela pero si aparecía gente, fingia estar ebrio, su objetivo era buscar la oficina del lugar y ver si había papeles importantes, este lugar podría ser la guarida de ellos o estar conectada a la principal.

Llegó hasta una puerta e iba a entrar pero no lo hizo al escuchar voces dentro, le costaba escuchar pero un sonido extraño se instalo en sus oídos molestandolo, sintió una presión en su pecho que le decía que debía abrir esa puerta cuanto antes y eso hizo.

Quedó mudo ante la escena que había enfrente suyo.

[•••]

Eran las dos de la madrugada cuando Katsuki llegó a su hogar, estaba realmente cansado y no veía la hora de dormir con su Omega en brazos aunque quizás aún siga afuera, solo esperaba que estuviera bien.

A veces odiaba que lo utilizarán para infiltracion, temía que si lo descubrían, estaría jodido pero también sabe que Izuku es el mejor en eso, creando planes en su cabeza rápidamente y buscando salidas.

Aún así, por las dudas, se encargó de enseñarle a enfrentarse a alfas que usan su aroma para doblegarlos, Katsuki expulsaba su aroma con fuerza para desorientar a Izuku mientras peleaban y así crear una mejor resistencia en su Omega, no queria que, en el peor de los casos, violaran a su Omega... Otra vez...

Camino hasta su cuarto y se extraño de ver la luz encendida del baño, Izuku le temía a la oscuridad por lo que Katsuki compro una pequeña luz que iluminaba el cuarto de verde y naranja sin llegar a ser molesto para que no lo incomodara a él. Izuku apaga todas las luces cuando sale del departamento.

—¿Eres tu, conejito?

Katsuki camina hasta el baño y se alarma de ver a Izuku histérico, el suelo del baño lleno de sangre al igual que sus ropas, el cuerpo de Izuku contenía sangre igual que la bañera y el Omega fregaba con violencia su cuerpo.

—¿Izuku?--- Se asustó al verlo asi por lo que se acercó rápidamente queriendo tomar su brazo.--- Dios conejito ¿Que te paso?

Al sentir el tacto en su brazo rápidamente se aleja rasguñando el rostro el alfa, este hace una mueca en la zona afectada y lo mira con más atención.

Izuku parecía fuera de si y fue cuando noto sus pupilas pequeñas, mostraba sus colmillos y usaba sus uñas como si fueran garras, el lobo de su Omega había tomando posesión de su cuerpo y no lograba saber porque.

—Omega.--- Katsuki comenzó a soltar su aroma levemente para tranquilizarlo.--- Tranquilo, alfa está aquí y jamás se va a alejar de su Omega.

—¿Alfa...?

—Asi es, junto a ti, te va a mimar mucho y no va a dejar que nadie te haga daño.

—K-Kacchan....

Katsuki vio eso como luz verde para acercarse y abrazarlo con fuerza sin importarle el estar mojando su traje especial que debía usar mañana.

—Tranquilo mi conejito, me hice una promesa en el pasado y sin importar que, mataría a quien te atreva a ponerte un dedo encima.

Blue Blood [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora