Capítulo 2

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Llevaba más de treinta minutos esperando a que la directora de The Keystone School la atendiera. Suponía que estaría ocupada, era el primer día de clase del año, ¿pero estaba tan ocupada como para hacerla esperar tanto? Estaba por la mitad de su libro, y había empezado ese libro esa misma mañana. Se sentía un poco sola, no había nadie más en aquella sala de espera. Su madre había ido a trabajar y su padre estaba en casa, trabajaba en casa. Su padre, James, se encargaba de las tareas del hogar, pero además trabajaba como pintor. Vendía sus obras a particulares, pero alguna que otra vez alguna galería compraba sus cuadros.
De repente vio por el rabillo del ojo que se aproximaban a ella una señora y un chico de su edad. Levantó la mirada vio que la mujer le hablaba al chico y el chico para su sorpresa le empezó a hablar en lengua de signos.
Nada más ver eso a la joven se le dibujó una sonrisa en su rostro. No había mucha gente que supiera lengua de signos.
La mujer movía los labios y el chico hacia gestos a su vez.
-Esta es la directora Verónica Rushmore, siente haberte hecho esperar. Dice que esta encantada de que seas una nueva alumna de The Keystone School. Y yo soy Ben Dorian, y seré tu intérprete -y también el de toda la escuela-. Pero si necesitas ayuda encantado haré lo posible -el chico gesticulaba con soltura, parecía que llevara toda la vida usando esa lengua.
En seguida, aun con una sonrisa en la cara, Audrey le respondió:
-Me alegra conocer a alguien que sepa lengua de signos, normalmente hay muy poca gente que sepa. Perdona que no me haya presentado, soy Audrey Walsh.
-Encantado.
La directora volvió a hablar para decirle algo a Ben. Al escucharlo el chico volvió a gesticular:
-Dice que vayamos a clase. Nos toca historia, ah, estamos en las mismas clases.
-¿En todas? -preguntó incrédula.
-Se ve que sí, parece que tenemos criterios académicos similares.

La chica cogió sus cosas y siguió a Ben. Este la llevó por muchos pasillos, los que Audrey veía todos iguales, hasta que se paró en seco delante de una clase en la que había un letrero que ponía Leonardo Da Vinci. Le resultó un poco extraño que cada clase tuviera nombres.
Ben dio un par de golpes a la puerta y abrió dijo algo que Audrey no entendió y le indicó a la chica que pasara. En el aula había un profesor muy joven, tendría 25 años aproximadamente, y a primera vista parecía bastante simpático. Le indicó que se sentara en un pupitre cerca de Ben. Mientras iba hasta su sitio Audrey pudo notar como la gente la miraba e incluso vio como algunos cotilleaban o se reían. Era bastante molesto no saber que estaban diciendo, muchas veces pensaba que estaban cotilleando y riéndose sobre ella. Dejó su mochila en el suelo y miró al profesor. Este le dio una nota en la que ponía: Si necesitas algo levanta la mano y escríbeme una nota, ¿vale?
Audrey asintió y continuó mirando al profesor. Este le dio un dossier para que fuera siguiendo la explicación. Le dijo que era el profesor Rowe, aunque todos lo llamaban Patrick.
La verdad es que Audrey lo iba entendiendo todo, aquel dossier le fue de mucha ayuda, ya que él iba diciendo lo mismo que ponía en las hojas. Patrick había hecho un gran esfuerzo al aprenderse de memoria todo. Además de explicar todo correctamente le daba un tono cómico a la Segunda Guerra Mundial.
Tuvieron un par de clases más antes de ir al patio. Cuando salieron al patio Audrey no sabía con quien ir, ya que la única persona que conocía era a Ben y no sabia donde estaba. Se sentó en un banco y empezó a tomarse el almuerzo que le había preparado su padre. Sacó su libro y empezó a leer a la ver que comía. Mientras estaba sumergida en el libro alguien tocó su hombro y se sobresaltó.
-Perdona, no quería asustarte. ¿Puedo sentarme? -le preguntó Ben. Ella le respondió asintiendo. Se sentó y volvió a preguntarle -. ¿Qué libro estas leyendo?
-Se llama "Maravillas" -cogió una hoja y escribió el nombre del autor para no tardar dos horas en decir el nombre- de Brian Selznick. Es bastante bonito.
-¿De qué va? -estaba realmente interesado-. Es que me gusta mucho leer y la verdad es que no sé que leer ahora.
-Son dos historias paralelas. Una de las historias va sobre un chico que se llama como tú y esa historia esta escrita. Al contrario que la otra que va sobre una chica llamada Rose que esa historia esta hecha por ilustraciones del escritor.
-Parece interesante -le sonrió a Audrey-. Pues yo he pasado el verano leyendo muchos libros. He leído Isaac Asimov, Arthur Conan Doyle, Alejandro Dumas, Oscar Wilde, Victor Hugo y muchos más, creo que he pasado tres meses leyendo libros y más libros.
-Yo también leo bastante, al no poder ni escuchar música o salir por ahí con gente, pues me pasé el verano jugando a videojuegos, leyendo y dibujando. La verdad es que me gustaría poder escuchar música alguna vez -suspiró con melancolía.
-Debe de ser un poco triste eso, aunque bueno hay música que es horrible así que no te pierdes nada -rió aunque Audrey no pudo escuchar su risa. Nunca había escuchado ninguna -. ¿De verdad juegas a videojuegos?
-Sí, llevo años haciéndolo. Se puede decir que soy una gamer -le sonrió algo más animada.
-A mi me encantan los juegos de Rockstar y Naughty Dog. Ya sabes, The Last of Us, Grand Theaf Auto, Uncharted... Aunque también me gusta bastante Ubisoft y Quantic Dreams.
-¿Dónde has estado toda mi vida? -soltó una carcajada sin saber como sonaba-. He jugado muchos juegos de esas compañías aunque mi saga de videojuegos favorita es Assassin's Creed, ¡me encanta la saga!

Audrey levantó la mirada por un momento y vio a un par de chicas señalándoles y riéndose, a pesar de no saber que decían le supo mal que estuvieran hablando a sus espaldas.
La campana sonó y Ben avisó a la chica de que debían volver a clase. Cogieron las cosas y volvieron a clase. Tuvieron tres clases más que pasaron verdaderamente rápido, todos los profesores fueron muy atentos con Audrey y les explicaron el funcionamiento de su clase.
Terminaron las clases y todos los alumnos del instituto salieron de clase como locos. Parecía que a la hora de salir todos se convertían en gente desesperada por salir. Audrey salió y intentó recordar el camino a casa, había venido en coche así que estaba un poco desorientada. Ben y otro chico se acercaron a ella.
-¿Estas bien? -preguntó Ben algo preocupado por verla mirando al infinito y parada en la acera.
-Sí, sí, es solo que al acabar de mudarme no me aclaro demasiado para ir a casa -les miró y se presentó al otro chico.
El chico movió los labios y Ben se lo interpretó a la muchacha:
-Este es Anthony Cony, aunque todos lo llaman Thony -le sonrió a Audrey- Somos amigos desde que éramos dos pequeñajos. Dime donde vives y si quieres podemos llevarte en mi coche, además de leer me saqué el carnet este verano.
Audrey sacó su móvil y escribió su dirección, Thony y Ben la miraron con detenimiento y luego le indicaron que estaba cerca de sus casas así que no había problema en llevarla.

El sueño de AudreyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora