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Estabas leyendo un libro de tu abuelo Hershel, hace rato estabas con tu madre, Maggie quien no hizo más que darte besitos por toda tu cara.

Sabias perfectamente que todo afuera de las rejas de la granja era simplemente una porquería, un día saliste con tu perrito a pasear afuera de las rejas.

Ese día viste a tu perrito ladrandole a una de esas cosas ganando tiempo para que tú pudieras correr, ¿suerte? suerte era que tu perrito salió ileso.

Cuando te vió a unos cinco metros lejos de él, Whooper, tu pequeño Golden Retriever de tan solo un año salió corriendo detrás de tí.

Saliste ilesa de esa pequeña aventura, sin embargo, no te salvaste de la regañiza que te dió tu madre al verte llegar corriendo junto a Whooper.

Tu padre, nunca lo conociste, solo tenías una pequeña foto de él en un collar, no querias verlo ni en pintura, dejó a tu madre tan solo se enteró de su embarazo.

Por otra parte, Maggie estaba feliz por el embarazo, y toda la familia decicidó ayudarla y respetar su decisión.

No importaba nada, tenias el amor de tu madre y de toda la familia, ¿qué más querías?

A lo lejos viste a Whooper, ladrandole a una de esas cosas.

- ¡Otis! - Gritaste mientras corrias a llamar a Whooper para que regresara, Otis corrió a agarrar a esa cosa y procedió a meterla en el granero.

No estabas deacuerdo, esas cosas ya estaban muertas, esas cosas ya no eran lo que fueron antes, abrazaste a Whooper y Maggie se limitó a revolverte el cabello, la miraste y ella estaba sonriendo.

Le sonreiste devuelta, en definitiva, nada importaba ahora, solo tu, Whooper y tu familia.

Uuuh, hoy ando inspirada, esto es solo el comienzo, créanme.

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⏰ Última actualización: Jan 23, 2022 ⏰

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𝖣𝗈𝗌 𝖮𝗋𝗎𝗀𝗎𝗂𝗍𝖺𝗌 | 𝖢𝖺𝗋𝗅 𝖦𝗋𝗂𝗆𝖾𝗌 𝘅 𝗥𝗲𝗮𝗱𝗲𝗿Donde viven las historias. Descúbrelo ahora