ᴘᴀʀᴛᴇ Úɴᴏ

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-¡Denki, trae el agua rápido! ¡Sero va a morirse, Kaminari! -un asustado Kirishima gritaba, mientras agitaba con desesperación un plato para "darle aire" a Hanta, que agonizaba en el suelo con el rostro rojo.

Se había ahogado con el curry que Bakugō cocinó. El problema es que Katsuki no estaba en condiciones de cocinar nada, porque se encontraba horriblemente furioso. Y un rubio explosivo enojado equivalía a el doble de picante.

Hasta un cereal en ese momento podría ser mortal.

Finalmente, Kaminari cruzaba triunfante el comedor con un vaso de agua en manos. Triunfante... hasta que tropezó con una silla, cayendo, al tiempo que el vaso salió volando por lo aires, para estamparse en la cara de Eijirō. El agua también cayó, en la cara de Hanta.

-¿Qué pasó esta vez? -habló Mina en un suspiro, dejándose oír en medio de todo el caos.

Bakugō ni siquiera la miro. Simplemente dejó de masticar con furia su comida y se levantó de un salto para caminar hacia Kirishima, que lloraba con dramatismo junto a un pelinegro que ya tenía los ojos cerrados, a pesar de seguir tosiendo como si no hubiera un mañana.

El rubio los miro mal antes de incorporar a Hanta del brazo y asestarle un golpe en la espalda. Un trozo de pollo salió volando hasta caer a los pies de Mina. El pelinegro suspiro aliviado y volvió a dejarse caer agotado.

-Joder, no entiendo porqué sigo juntandome con ustedes -murmuró, recogiendo el plato y vaso para llevarlos junto a los demás trastes sucios en la cocina. Al volver ya todos estaban en la mesa, y Mina seguía esperando una respuesta, de brazos cruzados con una mirada acusatoria.

-Bakubro, esto no puede seguir así -esta vez fue Kirishima quien tomó la palabra-. Hoy fue Sero, ¿y si luego es Denki? Sabes que nuestra boda es el próximo mes y...

Se calló al darse cuenta que había pronunciado la palabra boda. Pero, Bakugō paciente como era -nótese el sarcasmo- no tardó en explotar.

-¡Es la quinta vez que me echa de su puta casa! ¡He hecho todo lo que puedo para que el maldito bastardo mitad-mitad viva bien! ¡Compre esta maldita casa! ¡Es dos veces más grande que la suya, joder! -un golpe a la mesa y volvió a sentarse de golpe, pasándose las manos por el cabello con frustración.

Los tres chicos y la única fémina del grupo parpadearon perplejos ante la descarga de ira del rubio. Se miraron entre ellos sin saber bien que decir.

-¿Y que dice Todoroki ante eso? -cuestionó Sero, solamente para que el silencio dejara de ser incómodo

-Desde que arreglaron las cosas entre ellos no deja de comportarse como un maldito niño mimado. Dice que no podemos hacer nada sin la aprobación del viejo.

El ambiente se puso peor. Ahora, definitivamente, nadie tenía idea de que decir. Para sorpresa de todos fue Denki quien tomó la palabra, no sin antes carraspear nervioso, sobretodo porque quería hacerse notar y que Bakugō lo escuchará. Aunque no hacia falta, Katsuki siempre lo hacía, después de todo, eran sus primeros amigos.

-¿Y si te lo robas? Ya sabes, como hacían las personas de su época

-Denki, creo que lo que paso realmente fue Endeavor comprando a la madre de To-

Un estruendo interrumpió a Mina. El rubio se había levantado tan bruscamente que la silla fue a parar bastante lejos. Bueno, eso era lo de menos. Y es que Katsuki tenía una enorme sonrisa en la cara, una que según la experiencia, significaba problemas. Y muchos.

-Le daré a ese viejo una última oportunidad. Si continúa resistiéndose... Verá quien mierda es Katsuki Bakugō, el héroe número uno de todo Japón.

𝐑𝐮𝐝𝐞; ᴛᴏᴅᴏʙᴀᴋᴜDonde viven las historias. Descúbrelo ahora