l i a r || 3a Temporada de "b a d l i a r" || TERMINADA✓

Capítulo 20

—Tres semanas. Tres semanas y ni un día pudiste revisarlo—

—Ya te dije que lo siento, cariño—

—No tienes tiempo para nada que tenga que ver conmigo...—

—¿Pero qué dices? Seulmin, no...—

—Basta. No quiero escucharte otra vez pidiendo perdón. Sólo... Ya vámonos o llegaremos tarde— salí de la habitación y bajé con los niños al auto de Jimin.

—¿Listos para un nuevo año?— dijo él

—¡Sí, papá!—

—¡Okay, vámonos rápido!—

Llegamos a la escuela a tiempo. Los padres y los niños estaban listos para entrar a la escuela. Algunos, los más pequeños, se aferraban a sus padres porque no querían quedarse solos. Este año atendería un grupo de primer año, así que debía ayudarlos a entrar al salón e integrarse al grupo.

Estaba en una de las puertas de la escuela recibiendo a los padres cuando ví a Taehyung.

—Llegaste—

—Sí. ¿Todo bien?—

—¿Mm?—

—Tus ojeras, son incluso más grandes—

—Ah, ¿eso? Es... estrés—

Él extendió una bolsa de plástico hacia mí

—Toma—

—¿Qué es esto?—

—Son hojas de menta. Hiérvelas y haz un té en las noches. Te relajará y dormirás mejor—

Tomé la bolsa con cuidado —Gracias... Amm, los niños están por allá con Jimin—

—Bien. Te veré después— asentí y él caminó hacia los niños. Ví que les tomaba fotos y los abrazaba.

Cuando cerraron las puertas, la ceremonia comenzó y fui hacia donde estaban ellos.
Mientras escuchábamos, sentí que Jimin tomaba mi mano con delicadeza.

—Perdóname— susurró en mi oído

Volteé a verlo y esbocé una pequeña sonrisa mientras le dije que si. Tomé su mano y me acerqué un poco a él.
Pero, un minuto después, su teléfono comenzó a vibrar con insistencia.

—Espera— me soltó y caminó hacia el estacionamiento para contestar.

Lo ví desde lejos. Sentía cómo se hacía una grieta más en el cristal sobre el que nuestra relación estaba caminando...

—¿Maestra Han?— me susurraron

—Secretaria Choi, ¿qué pasa?—

Nos alejamos unos pasos

—Tenemos un problema; el fotógrafo no va a venir—

—¿Qué? Pero si ya estaba pagado—

—Dijo que tuvo un accidente y no va a llegar—

—No puede ser... ¿Y son muchos los niños de nuevo ingreso?—

—Unos 40—

—Diablos... Bueno, déjame pensar qué hacer... Y te busco en un rato—

Volví junto a los niños y Jimin también

—Cariño, tengo que irme—

—¿Ya?... Bueno, está bien—

—Los veo en la tarde—

Me quedé allí, moviendo las manos nerviosa, pensando en una solución...