Emmett pasó el domingo trabajando en el estudio, pero el lunes, en la oficina el
día se le hacía interminable. Intentaba concentrarse en el trabajo y no era capaz.
Nunca podría haber imaginado cuánto iba a querer a su hija y lo maravilloso que
había sido compartir sus primeras palabras con Bella. ¿Pero tenía ella que
estropearlo todo diciendo que quería más hijos en el futuro?
Emmett no podía soportar la idea de otro hombre en la vida de su hija. Que Lizz
tuviera hermanastros y hermanastras y que llamase papá a otra persona le resultaba
sencillamente intolerable. Y pensar en Bella con otro hombre...
Imaginarla casándose con otro hombre, haciendo el amor con él, embarazada de
otro era como un puñal en su corazón.
Sin embargo, ella lo había dicho con toda calma, como si fuera algo totalmente
normal. Y Emmett no quería saber que estaba pensando en otro hombre incluso
antes de que su matrimonio se rompiera.
-¿Señor Cullen?
Él levantó la cabeza.
-¿Sí?
-Tengo que irme al dentista -le recordó Kate-. Nos vemos mañana. Si necesita
algo, pídaselo a James.
-Muy bien, hasta mañana.
Dudaba de que pudiera hacer mucho más aquel día porque sólo podía pensar en
volver a casa para ver a Lizz y a Bella, que tenía el día libre.
La echaba de menos.
Tal vez debería irse a casa.
No, lo mejor sería quedarse y terminar de revisar las cuentas, decidió.
Media hora después, estuvo a punto de levantarse de un salto.
-¡Dios mío!
No lo creía.
No podía creerlo.
No había estado buscando anomalías, pero faltaban cincuenta mil dólares de una
de las cuentas. Estaba muy bien disimulado, pero lo más importante era que el robo
había ocurrido unos meses antes, cuando Bella no trabajaba para ellos.
Ahora sabía quién era el ladrón.
Kate.
Su ayudante.
Emmett se dejó caer sobre el respaldo del sillón, atónito pero aliviado. Eso
demostraba la inocencia de Bella...
La había hecho sufrir tanto con sus acusaciones, pensó, avergonzado. Sería un
tremendo alivio para ella saber que habían encontrado al culpable.
Y sabía con toda seguridad que su ayudante era la culpable; llevaban tantos años
trabajando juntos que el error llevaba su firma. Debería haberlo visto antes, pero
hasta ese momento sólo pensaba en la posibilidad de que fuera Bella.
¿Y si Kate lo negaba? Era su ayudante personal, no una contable. Podría decir que
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POR DERECHO PROPIO
FanfictionUna hija por sorpresa... y una esposa que no quería serlo. Para Emmett Cullen, la paternidad triunfaba sobre todo lo demás. Daba igual que su ex empleada Bella hubiera mantenido a su hija en secreto durante casi un año.