Capítulo 2

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Tres meses después...

Angie Graham sonreía mirando a los pequeños niños del orfanato con dulzura. La construcción del orfanato había demorado más de lo planeado. El resultado valió la pena, con un enorme comedor, camas cómodas y calentitas, gran área de recreación y biblioteca, por fin los niños podrían estar cómodos y felices. Por los momentos solo 4 niños vivían en el lugar. Visitaba a los niños seguidamente para leerles algo en la biblioteca y comer un par de bocadillos preparados personalmente por ella. Muchos de ellos la tomaban de las manos al caminar, recibiendo saludos del personal, por el pasillo principal los niños saltaban y reían al rededor de la primera dama, con sus risas que rebotan en las paredes, algunos tarareando una canción, otros sosteniendo flores. Doblaron al siguiente pasillo...

¡Jesús!

La cara radiante y sonriente de la mujer cambió a pálida tan pálida como una hoja de papel. Justo a un par de metros, su guardaespaldas, yacía sin vida, mutilado con la ropa hecha jirones... un verdadero desastre de carne y sangre. Justo arriba una estrambótica criatura, de garras inimaginables piel sonrosada, con fauces babeantes, sobre sus cuatro enormes patas devoraba de forma desesperada al hombre. Lanzó un fuerte chillido al detectar a sus nuevas presas, sacando su lengua parecida a una serpiente roja con grosor de una anguila. Hilos de espesa baba cayeron al suelo... Tac tac tac, el sonido que producía las largas garras al caminar, lleno el pasillo. El instinto dormido de Angi sonó las alarmas en su interior, los niños gritaron presas del pánico ocultándose detrás de ella, en busca de protección. Ésa cosa no tardaría en llegar, su corazón latía desenfrenado y sus piernas temblaban ¡Que esperas! ¡corre! Su mente le hizo reaccionar, con la reciente descarga de adrenalina, tomo a la niña más pequeña en brazos, ordenando al resto echar a correr.

¡Tac tac tac tac! la furiosa bestia aumentó la velocidad en su persecución deseosa de carne fresca, chillando en su busca.

(...)

Tn___ llevó la humeante taza de café a sus labios, degustando el sabor amargo, leyendo un libro obsequiado por Chris, hace un par de meses que la chica se había mudado con el Redfield, todo marchaba de maravilla el hombre parecía un gran oso amable, ayudándole en su tiempo libre con cosas que no entendía, prestando algo de su ropa enorme, sacándola a pasear cada vez que podía, el único detalle era lo terrible que cocinaba casi incendiando el apartamento. Se llevó una mano a la cara, recordando las palabras de Chris...

Recuerda tn___, no vayas muy lejos si deseas salir, nada de usar tus poderes, mantén la puerta y persianas cerradas, hoy llegaré más tarde de lo habitual, cuídate mucho.

Termino el café, dejando un billete sobre la mesa, agarró el libro de la mesa dispuesta a irse. Un escalofrío recorrió su espalda, seguido de una ligera presión en la cabeza, frunció el ceño. Una de sus habilidades era detectar otras BOWs cercanas, siempre y cuando estuvieran activas. Cerró la puerta de la cafetería, acelerando el paso, ya pasaban de las 6:00 pm. Había poca gente a los alrededores, siguiendo derecho a medida que se acercaba al lugar, las calles parecían más desiertas, dobló adentrándose a un oscuro callejón, acortando camino. Se metió por una gran cancha de baloncesto al aire libre, que daba a un tremendo edificio a oscuras, sujeto el pomo de la puerta y estaba cerrada, de una patada cedió abriéndose de golpe un pasillo poco iluminado por la parpadeante luz blanca. Se adentro al lugar, deseando haber traído algún arma.

Ya tendrás la oportunidad de encontrar algo con que defenderte... Camino despacio, en máxima alerta, algo paso zumbando justo delante de ella, corrió en busca de la extraña sombra doblando hacia el otro pasillo. Aaaaaahh... chocó de bruces con el espectral rostro cenizo de una regordeta mujer, haciéndola retroceder torpemente, alzó los brazos mostrando sus dedos, faltos de piel, le faltaba parte de la mejilla, trozos de músculos hechos jirones y de color rojo sobresalían, abrió la viscosa boca con hilos de baba resbalando sobre sus grises labios. Gimió avanzando lentamente hacia ella estirando sus huesudos dedos anhelando desgarra la carne. Tn__ esquivo a la criatura, rompiendo su cuello inmediatamente con un ¡Crak!. Dejó de moverse cayendo boca abajo terminando con un lastimero gemido ahogado en la garganta.

La Hija De Albert Wesker Leon Y Tu Donde viven las historias. Descúbrelo ahora