Llegando al Santuario

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Ella sentía las miradas de los que estaban presentes en el lugar. Noto varias cosas que llamaron su atención y una de esas cosas es que las mujeres llevaban puesta una mascara.

Oki se sentia algo intimidada, pero esto duro poco pues empezó a fruncir el ceño y poner cara de maleante, siempre hacia esto para no sentirse debil ante nadie, en los barrios pobres de NewYork tenias que mostrar tu poder en tu mirada o eso hacían los lideres de las pandillas mas peligrosas de la ciudad para mostrar autoridad y respeto en las calles y hacer saber a los demás que nadie los podía intimidar, pero ella  sentía algo de miedo por dentro.

Seguían avanzando hasta acercarse a un templo, cuando llegaron alguien los recibió. Esa persona tenia puesta una armadura igual a Shaka pero de diferente apariencia. El sujeto tenia cabello largo color lila y dos puntos arriba de los ojos que parecían ser sus cejas, seguido de un niño pequeño pelinaranja con el mismo tipo de cejas.

–Hola Shaka, ¿que tal el viaje?.–dijo el pelilila.

–Todo bien, pude tener todo bajo control. –aclaró.

–Y esa joven? –miró a la castaña.

–Oh, si, casi lo olvidó, ella es mi protegida, su nombre es Oki, Oki el es Mu de aries y el pequeño es su estudiante, Kiki. –empezó a presentarlos.

–Mucho gustó. –hizo una pequeña reverencia.

–Hola!–saludó el niño muy emocionado.

La chica solo estaba cruzada de brazos con una mirada indiferente, no estaba de humor después de todo.

–Hola... –dijo desanimada.

Ambos notaron la actitud de la chica y como el ambiente se puso algo tenso Shaka rompió el silencio a los 5 segundos.

–Bien Mu, te veo mas tarde. –empezo a caminar haciéndole un ademán a la morena para avanzar.

Mu les permitió el pasó. Ambos caminaron al siguiente templo. Al llegar un hombre muy alto y musculoso con armadura dorada los recibió en la entrada parecia intimidante y aterrador y mas cuando dirigió su mirada a la chica.
Las piernas de Oki temblaban de miedo que la hizo retroceder sin darse cuenta que iba caerse de las escaleras. La mano de ese gigante la tomo del brazo y la cargo como si fuera una niña.

–Eso estuvo cerca! Estas bien pequeña?. –el hombre robusto le sonrió.

Oki aun sin terminar de asimilarlo y con una mirada de asombro solo asintió.

–Gracias Aldebaran, ella es Oki mi nueva alumna, es algo timida. –aclaró el rubio.

–Oh ya veo!–bajo a la chica. –pueden pasar! Ten mas cuidado la proxima vez pequeña. –río de manera amigable.

Oki poco a poco le sonrió, Aldebaran le parecio aterrador la primera vez pero en realidad era una persona bastante agradable. Sin mas avanzaron no sin antes de que ella volteara un poco la mirada y le diera las gracias por haberla salvado de esa caída.

Las dos siguientes casas eran geminis y cancer, no habia salido nadie a recibirlos asi que solo avanzaron.Oki estaba muy palida después de salir de ese templo, en esa casa habia cosas aterradoras, caras deformes en las paredes y gritos infernales, tuvo que aferrarse a Shaka y el trató de calmarla para que ella no se desmayara.

–Maldición!! Que fue todo eso!? –dijo con muchos temblores en su cuerpo.

–Asi es el interior de la casa de cáncer, perdón debí advertirte de lo que habia dentro.—siguió avanzando.

Oki parecia irritada por ello asi que siguieron su camino a leo, fueron recibidos por un chico alto de tez morena.

–Hola Aioria, ella es mi nueva discípula, su nombre es Oki.–la presentó.

Aioria hizo un gesto en forma de saludo y se acerco un poco a Shaka para susurrarle algo al oido.

–Es la del cosmo raro? –dijo en voz baja.

–Si, pero tranquilo todo esta bajo control. –susurró.

Oki frunció el ceño y se cruzó de brazos, estaban hablando de ella.

–Oigan puedo oirlos saben!?. –dijo molesta.

Shaka se separo del chico y fue con la morena. Este se la habia llevado, 2 minutos despues Oki estaba jadeando en las escaleras, ya no aguantaba los pies.

–Carajo! Cuantos escalones faltan!? –dijo entre jadeos y temblores.

–Lenguaje. –corrigió a la chica.

Espero unos minutos para dejar descansar a la joven un poco. Poco después habían llegado al templo de virgo perteneciente a Shaka.

–Bien, llegamos. –el rubio entro.

Oki con trabajo llego a la cima, entro después de este.

El rubio le mostró el interior del templo y donde meditaba. Era una especie de trono en forma de flor de loto.

–Este es mi espacio de meditar, por lo tanto no debes hacer tanto escándalo. —

También le enseño una especie de cuarto que se llamaba la sala gemela. El lugar era hermoso, tenia un paisaje lleno de flores.

–Aquí también medito, si no me encuentras por algún lado lo mas probable es que este aquí sin embargo yo solo puedo acceder a esta sala.— dijo.

Después de darle el recorrido por el templo y decirle las reglas a seguir el la guió a otra habitación algo pequeña.

–A partir de ahora este sera tu espacio.—le mostró el cuarto.

El cuarto tenia algunas alfombras con estampados de mándalas, cortinas rojas, una estatua de Buda en la esquina, una cama en el centro con sabanas rojas y una hamaca cerca de la ventana.

–Se ve...cómodo... –entro la chica y vio todo ordenado.

–Puedes descansar si quieres, en los próximos días te explicare lo que tendrás que hacer.–dijo de forma seria.–Yo estare meditando si necesitas algo solo dímelo. –sin mas Shaka se retiro y la dejo sola.

Oki se sentó en la acogedora cama y después se recostó viendo el techo. Aun no entendía lo que estaba pasando, todo era confuso y aun asi la culpa la invadía.

Solo queria olvidarlo todo pero no podía, la imagen de su familia asesinada por ella misma no se borraba de su mente.

No sabia que es lo que le esperaba en ese lugar, pero por alguna razón sentía algo raro cuando estaba cerca de Shaka, sentía algo familiar al ver al rubio, no sabia a que se debía esto quizá porque el había sido muy amable con ella.

Sobre pensar mucho las cosas la agotaba mentalmente asi que cayo dormida rápidamente. A partir de mañana serian días duros.

SAINT SEIYA FATE : SantuarioWhere stories live. Discover now