Los pensamientos de un guerrero

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Pov Zyd:

Los disturbios en las tierras del norte de Europa ya habían comenzado. Las naciones vecinas estaban preparando un golpe de estado contra nuestra gobernante Hilda, ellos estaban hartos y decían que el dios Odin nos estaba condenando a un frío eterno por puro egoísmo y capricho suyo, sobre todo porque alguien les estaba lavando el cerebro.

Los ministros de la corte de nuestra nación declararon toque de queda para mantener a los civiles seguros en casa mientras que nosotros nos tocaba patrullar en las noches, las familias nobles habían contratado seguridad privada pero aun así habían logrado secuestrar a un duque para ejecutarlo y tuvimos que ir a rescatarlo, fue una locura.

Pero a pesar de todo, entendía un poco el enojo de la gente, el dios Odin nunca se había hecho presente y lo único cercano que teníamos a el era la señorita Hilda quien era su representante en la tierra. Algo extraño estaba ocurriendo. nos habían dado nuestras armaduras demasiado pronto a mi parecer, nuestra gobernante ordenó que fueramos tras la cabeza de la diosa de Athena y destruir el santuario que se encontraba en Grecia, dijo que encontrar a Odin ya no era prioridad y que nos olvidáramos de eso, ahora debíamos volver a traer el sol a nuestras tierras.

Yo no podía cuestionar y no me atrevía a hacerlo, la señorita Hilda se había vuelto demasiado cruel, ya no era esa mujer que inspiraba amor por su país, ahora solo atemorizaba a su propio pueblo.

Ella me había mandado a mi primero para comprobar que tan fuerte era el enemigo, parecía que enfrenté al mas débil del ejercito de Athena, había caído como una mosca, eso me había decepcionado bastante. Después fui en busca de aquella diosa, fue tarea fácil al seguir su cosmo. Estaba tan cerca de tomar su vida, estaba demasiado indefensa con esos payasos que tenia de guerreros, pero aquella chica de cabello castaño y piel morena se cruzó en mi camino, pronto había sentido un cosmo tan frio y familiar, no había duda que ella era mi señor Odin...

Fin del pov.

—¡Ahg!.—Zyd se habia estrellado contra una piedra.— Maldición..—se había limpiado la sangre que caía de la comisura de sus labios.

—¡Rindete!.—gritó Shun.

Los 4 caballeros de bronce habían llegado rápidamente y se habían enfrentado todos contra Zyd, estaban ganando.

—Je, supongo que los subestime..—sonrió de lado.—Me queda claro que para matar a Athena tengo que vencerlos a ustedes primero.—se sacudió el polvo.—Pero aun asi, seremos los vencedores...

—Hijo de...!—Seiya iba a golpearlo pero Shun lo detuvo tratando de calmarlo.

Zyd cruzó miradas nuevamente con la morena que estaba a lado de Saori, trataba de decir algo o al menos preguntarle algunas cosas pero ahora tenia que irse, estaba muy herido y acorralado, así que de un salto desapareció de la vista de los presentes.

En la noche todos estaban discutiendo sobre lo sucedido.

—¿Quien es Hilda de polaris y porque nos están atacando de repente?.—preguntó Seiya que estaba sentado en una silla mientras se cruzaba de brazos.

—Hasta donde yo se, Hilda de Polaris es gobernante de Asgard, es alguien que ama la paz y la harmonia.—dijo Saori que miraba por la ventana.

—Entonces ire yo primero a Asgard para ver que esta sucediendo.—dijo Hyoga mientras se levantaba.

—Y yo ire a los cinco picos para hablar con mi maestro.—dijo Shiryu

Oki estaba sentada oyendo todo, no había dicho nada en todo el día. Ella no sabia si meterse o regresar a casa, aun seguía triste por los hechos recientes en el santuario y no estaba lista para otra batalla.

SAINT SEIYA FATE : SantuarioWhere stories live. Discover now