No sabía amar,
solo sabía destruir y crear:
crear y creer en expectativas.
No sabía cómo soñar sin idealizar.
Duele porque es real.
Trataba de encontrarle el sentido a mis días
y a lo que yo sentía, a través de sueños imposibles.
Y tú, querido lunático, querido payaso
fuiste el que a ello me empujó;
el que me animó a sumergirme ante el abismo de lo desconocido,
de tu mano pero sin rozarnos,
con la esperanza de toparnos cara a cara
con lo que cada madrugada de abril hablábamos.
—Algún dia te prometo que seremos libres. Nos desharemos de esta mierda. Lo prometo, Andrea.
—¿Y cómo sé que no estás volviendo a delirar, capullo?
—Esta vez voy puesto de ideas.
Siempre debí de mantener dos dedos de frente,
pero me contagié de la locura y pequé,
una vez más.
Una vez más.
¿Cuántas veces van ya?
Ni tú misma te acuerdas.
Permanezco en el suelo, derrotada, en el abismo del intento,
y con la vergüenza en mi gesto.
Acarício mis alas ya muertas,
dejando de sangrar a este corazón que
algún día quiso volar.
—Eres un ángel caído y todavía no lo sabes.
—Soy tu salvación y todavía no lo sabes.
Yo no estoy hecha para amar como un humano siente,
aunque sí que lo esté para humanizar.
Diseñada para curar
y dejar volar.
Un atisbo de luz me ciega y se enreda
entre las olas de mis bocanadas de humo negro.
Es el alba, que una vez más
me decide iluminar y sacar mis ilusiones rotas a pasear.
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Memorias de Andrea / ENERGIES
Short Story--Mis escritos traspasarán las barreras entre la tragedia de la historia de nunca acabar y los besos que todavía quedaron por dar-- Recopilatorio (provisional) de algunos de los escritos personales de Andrea, una de las protagonistas de ENERGIES.