25. Canciones

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—Phuwin, cántame una canción— Naravit pidió, por décima ocasión.

Y por décima ocasión, Phuwin le dijo que dejara de molestar.

Pero no lo cuestionen, estaba haciendo una tarea, necesitaba concentración al máximo.

Y tener la cabeza de Pond sobre sus piernas mientras que este no dejaba de pedirle cosas, hablarle y picar su pancita, no ayudaba mucho.

—Pond, por favor, quiero ser ingeniero.

—Ajá, yo también quiero serlo... aunque la paga como actor es muy buena.

Phuwin le mira antes de quitarse los lentes y masajear el puente de su nariz, cosa que se le hizo verse extremadamente adorable al mayor.

—Sí te quedas calladito y quieto durante las últimas dos horas, te cantaré una canción.

—¿My Universe?

—Sí, sí, la que quieras.

De un salto, Pond estuvo recostado en la cama del menor y cerró los ojos tratando de dormir, ya que esa era la única forma en la que dejaría en paz a otras personas.

Así que dos horas pasaron, o tal vez más, Pond no lo sabe.

Lo único de lo que es conciente es de haber despertado tras haber escuchado los primeros acordes en la guitarra de Phuwin.

Después de eso, la melodiosa voz del menor inundó sus oídos, así que Pond no pudo evitar sonreír mientras escuchaba como Tangsakyuen le cantaba tan bonito.

Después de My Universe siguieron muchas más canciones, todas habían sido parte del más hermoso espectáculo que Pond jamás había visto.

Y se deleitó lo suficiente con la voz del menor, que no pudo evitar soltar demaciados suspiros.

Y Phuwin tampoco pudo evitar que Naravit decidiera quedarse a dormir en su casa esa noche.

facts ; pondphuwinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora