Capítulo 1: Edad primera

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El llanto de un bebé rompió la tranquilidad de esa fría mañana de invierno. Se oyó un tumulto y varios pasos corriendo.

—¡Mujer! ¿Mi duquesa ha dado a luz?

Un atractivo hombre seguido de dos guapos niños se acercaron ansiosa a la sirvienta que salía de una alcoba que se distinguía lujosa. El hombre de cabellos oscuros y mirada ansiosa la miró mientras la tomaba del brazo.

—Sí, Excelencia. La duquesa ha dado a luz a una hermosa niña ¿quiere que...?

Sin más tiempo el duque y sus hijitos entraron a la habitación de la duquesa con un alboroto.

—Amada –Damon entró y miró con amor a la mujer rubia que lo miraba con una sonrisa cansada y sostenía un bulto rosado en un brazo. —Mi querida Andrómeda...

Andrómeda les sonrió a sus hijos y movió la mano.

—Acérquense, mis hijos, mi esposo. La niña ha nacido saludable y fuerte. Es un encanto

Movidos por la emoción se acercaron y miraron al bultito que se removía y fruncía la naricilla de botón

—Tan bella... -susurraron los tres hombres.

"¿Dónde... Dónde estoy? ¿Así se siente la muerte? No me duele nada, estoy cálida, protegida y huele bien... Acaso ¿No morí?" Cassandra abrió los ojos y distinguió sombras moverse a su alrededor, tensó el cuerpo, esperando violencia, pero no fue así. Se oían susurros y voces emocionadas. "Es hermosa, Andrómeda. Parece un ángel" "Es perfecta, madre. Una duquesa perfecta" "Parece una princesa, madre. Ya quiero jugar con ella" Las voces hablaban llenas de amor y dulzura. Cassandra quiso hablar, preguntar quiénes eran, pero solo sintió un tibio calor entrar a sus labios y el sueño la venció.


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—¡Corre, Eirene! Henry nos alcanza –La voz infantil resonó en los jardines de ese palacio, y una niña de largos cabellos rubios y ojos violeta rió.

—¡Espera, Raymond! –la alegría infantil teñía la voz de emoción- Henry no nos alcanzará somos los más rápidos del lugar –la vocecilla se escuchó solemne y una risa la sacudió cuando una mano la tomó

—¡Te tengo, hermana!

Eirene hizo un puchero y miró a los dos niños mayores que se rieron y empezaron a mimar a la niña que finalmente les sonrió feliz y cariñosa mientras era llenada de afecto.

—Niños –la voz dulce de una mujer interrumpió el dulce momento. –Es hora del almuerzo, vayan a cambiarse. Eirene, mi princesita, mira cómo estás, toda llena de tierra –la mujer suspiró- Tienes suerte que mamá te adore y le guste vestirte.

Los tres niños se tomaron de la mano y el mayor, Henry, tomó la mano de la adulta.

—Perdónanos, madre. Pero sabes que nos encanta jugar con nuestra hermana, ella es tan dulce que no nos gusta dejarla con la institutriz, ella es muy seria –Henry hizo una mueca algo tosca y los otros dos niños se rieron.

—Mi querido Henry, Madame Myrna solo quiere volver a Eirene una dama de sociedad para su debut en unos años.

Raymond tomó la palabra esa vez, mirándose como un caballerito defendiendo a su hermana.

—Madre, Eirene es una niña muy educada, ya sabe toda la etiqueta, creo que sabe más que Henry y yo.

—Ah, ahora que lo mencionas –la mujer sonrió "malvada" –Quizás mis dos caballeritos deberían aprender más etiqueta y menos espada. No olviden que tienen casi 12 años y su hermana 10. Pronto tendrán que acompañarla a su debut y no querrán hacerla quedar mal ¿o sí?

Los niños miraron a la mujer horrorizados y hablaron a coro

—¡Claro que no, madre! Cuando Eirene se presente en sociedad será la más bella y elegante del lugar. ¡Opacará a la misma princesa!

Andrómeda y Eirene se rieron mientras continuaban su camino al palacio. La niña miró a su madre y la abrazó afectuosamente

"Esta es mi felicidad, esto es lo que yo anhelaba, el amor y la calidez de una familia que me amase como yo quería y deseaba. Cassandra Chamberlain murió, pero su alma y deseos no, y ahora bajo el nombre de Eirene Lomadieu alcanzaré esa felicidad y paz. Nunca más seré una marioneta. Seré mi propia dueña"

Justo en ese momento se escuchó un carruaje detenerse y los niños corrieron extasiados mientras Eirene y su madre se miraron, se rieron y encaminaron sus pasos a la parte frontal del palacio.

Damon bajaba del carruaje cuando fue tacleado por dos niños de cabello rubios.

—¡Padre! / ¡Papá!

Damon rió cariñoso, abrazando a sus dos hijos para llenarlos de mimos y caricias de un padre feliz.

—¿Cómo están mis duquecitos? ¿Se portaron bien mientras estuve fuera?

Tanto Henry como Raymond asintieron felices para comenzar a relatarle sus aventuras y lo que habían aprendido. Damon los escuchaba atentamente, mientras les felicitaba al saber sus avances. La conversación murió cuando las dos mujeres del palacio llegaron a la puerta y le hicieron una bella reverencia.

—Bienvenido a casa, Padre / Amado –La reverencia fue hecha elegante y armoniosa por Eirene y su madre. A Damon se le llenaron los ojos de amor y orgullo mientras que a sus hijos se les hinchaba el pecho de orgullo al ver a su hermana tan elegante como una princesa.

Damon perdió toda compostura y corrió hacia su mujer e hija, dándoles besos y abrazos, poniendo en la cabeza de Eirene una corona de exquisita belleza, adornada de joyas, a su amada Andrómeda la coronó con otra, delicada y elegante como su dueña

—Que vista tan divina, las mujeres más bellas del reino Veritas coronadas como diosas. Soy un hombre afortunado.

—Ah, querido, basta que nos sonrojas. Ahora entremos, Eirene debe ser limpiada y debemos leer la invitación que los Marqueses Windsor han enviado. Aunque quisiera negarme, sus fiestas son largas pero mi duquesita necesita crear amistades así que... -Andrómeda fingió un cansancio que no sentía.

Riendo entraron a la casa mientras los niños bromeaban y las nanas limpiaban a su duquesita y la sentaban a la mesa.

El amor reinaba en ese hogar y Cassandra Chamberlain ahora Eirene Lomadieu era feliz.

No se preguntaba por aquella familia que tanto la había dañado, no había pensamiento para ellos, ni rencores. Solo sabía que Selene debía tener un año más que ella, por lo que sin Cassandra ahí, esa niña sería puramente mimada y consentida hasta los límites del Conde y la Condesa.
Sonrió mientras bebió de su té. Ella tenía amor, paz y felicidad. Ahora era una duquesa y nunca más tendría miedo.

Eirene Lomadieu había nacido para brillar.

En otra parte, Selene Chamberlain recibía su primera invitación para una fiesta de té en casa del General Windsor y su esposa, la marquesa Windsor y una sonrisa arrogante apareció.

Era su momento de brillar y ser más que una condesa. Selene Chamberlain sería la emperatriz y el mundo estaría a sus pies.


Duquesa Eirene

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Duquesa Eirene

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⏰ Última actualización: Jan 24, 2022 ⏰

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La Ex Condesa solo quiere ser feliz.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora