La Ex Condesa solo quiere ser feliz.

Prólogo

Cassandra había nacido de una madre pobre pero hermosa, de bellos ojos violetas y de un padre de familia rica y noble linaje, cuando el conde la "rescató" fue odiada por su familia, su hermana la trataba como si fuera una sirvienta, su padre la llamaba decepción y la condesa solo tenía miradas de desdén y odio hacia ella.

Su amada madre había muerto cuando solo tenía 4 años y entonces el conde apareció, solo para llevarla a un lugar peor donde la tristeza sería su eterna compañera

No había mucho que ella pudiera hacer puesto que creía merecer ese trato puesto que le habían contado que cuando Selene y ella eran niñas en un arrebato de ira había intentado ahogarla en la fuente del jardín, Cassandra no recordaba nada de eso, pero lo creía cuando veía como su familia trataba a la hermosa y "delicada" Selene. Siempre angustiados al mínimo sonido de ella, mientras ella, su hija "maldita" sufría en silencio, dolores y penas, abusos de parte de la servidumbre, hambre cuando a los cocineros les daba igual alimentarla, intentos de asesinato cuando alguien de sus "nanas" la intentaban envenenar o matarla.

Cassandra era una niña solitaria, y creció siendo silenciosa como una sombra, siempre viendo todo desde la oscuridad. Incluso cuando le dijeron que se casaría con el príncipe heredero el Sol, Gregory Knight ella no protestó, a pesar de que el hombre le dijo claramente que la odiaba que prefería casarse con Selene. Cassandra no se quejó, incluso aceptó romper el compromiso, aunque le doliera, ella creía haber encontrado un amigo en Gregory, pero como siempre, una mentira más que ella se inventó.

Cassandra solo tenía a Claudia Knight, la hermana de Gregory quien la consideraba su amiga. Cassandra conoció en esa tímida mujer la calidez de un amor fraternal sincero y cálido.

Todo acabaría de la peor manera

Fue en una ocasión, luego de la boda de Gregory y Selene, cuando Cassandra fue llamada ante la sala imperial y ella fue hacía allá feliz, puesto que le habían dicho que le tenían un regalo. Corrió, Selene le había llamado hermana e incluso Gregory la había llamado así.

—Hermanos –Cassandra entró feliz al ­salón e hizo su elegante reverencia. — ¿Me llamaron?

Gregory y Selene sonrieron de manera cruel

— Si, querida hermana –Gregory la miró y chasqueó los dedos. — Cassandra de Chamberlain. Has sido acusada de traición y de intentar envenenar a la emperatriz Selene del Imperio Veritas por lo que has sido condenada a morir en la hoguera.

Cassandra boqueó y miró horrorizada a las personas sentadas en el trono, Claudia se veía aterrada mientras los guardias ataban a la pobre rubia y le quitaban todas sus joyas.

—No... ¡NO! No he hecho tal cosa ¡Hermana diles! Nunca lo pensaría... Selene ¡TEN PIEDAD!

Selene sonrió de manera discreta tras su elegante abanico y se acercó a la mujer que lloraba arrodillada en el suelo, se acuclilló a su lado

—Oh, querida hermana –fingió lágrimas- No sé qué te hice para tanto odio y que intentaras herirme así siempre te traté como si fueses familia, afortunadamente mi amado esposo descubrió tu terrible plan y logró detenerte. Lamento que nunca me hayas visto como una hermana –los ojos de Cassandra la miraban con dolor, Selene luego susurró al oído de la desafortunada. —Siempre te odié, maldito error. Eras demasiado perfecta, demasiado todo. Te quise matar cuando teníamos 5 pero sobreviviste, entonces me lastimé a mí misma y te hice culpar a ti. Creciste sufriendo por algo que no hiciste, pero fue así como recuperé lo que era mío. Nunca debiste aparecer en mi casa.

Fingiendo un desmayo Selene fue llevada a sus aposentos y Cassandra fue llevada al centro del reino donde una enorme fogata se alzaba aún apagada y la muchedumbre gritaba enardecida, ¿Cómo es que esa sucia mujer había intentado lastimar a la dulce emperatriz Sol? ¡Merecía morir! La multitud le arrojaba basura y cervezas viejas, atada como iba Cassandra no se podía defender, y ni siquiera lo intentaba, en sus oídos retumbaban las últimas palabras de su hermana. Y sus ojos, lloraban por su ingenuidad. Fue llevada y atada al poste del centro de la fogata. Ahí se le leyeron sus "cargos", le preguntaron cómo se declaraba y solo entonces alzó la cara, golpeada y ensangrentada.

—Soy inocente, pero sé que no me creerán así que terminen con esta miserable vida, ¡acaben con mi dolor! –un fuego inició y pronto rugió fue entonces que Cassandra gritó de dolor, lloró, maldijo y alzó la cara al cielo.

"Si pudiera volver a nacer, quisiese nacer en una familia que me ame, vivir una vida tranquila, ser feliz. Si pudiese volver a nacer quisiese no volver a ser una Chamberlain. Quisiera ser libre. No venganzas, no rencores... solo libertad... Oh dioses escúchenme, nunca cometí injusticias, solo fui una muñeca rota... Por favor... apiádense de mi... ¡Sálvenme!

Lo último que Cassandra Chamberlain vio fue a la familia Knight sonreír crueles salvo la pobre Claudia quien lloraba y rogaba por ella. Cassandra murió en la hoguera esa tarde de otoño.