Mamá

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—Despierta hijo. Despierta hijo, por favor. Me haces falta. Nos haces falta. Te necesito..

—...

Mientras el sol se oculta bajo el horizonte, la luz comienza a descender. Desaparece de nuestros ojos, y junto a ella, la esperanza se va.

—...

—...

—...

Te escucho.

La oscuridad había envuelto el mundo por aquel sol que se iba. Una mujer lloraba, golpeando el pecho de un chico, maldiciendo a todo dios que haya permitido la atrocidad que ocurrió aquel día.

—Volvé..

Estoy acá.

—Por favor..

Nunca me fui.

La podía ver desde arriba como si de un fantasma se tratase. La chica golpeaba con furia el cuerpo del aparente difunto, quien confundido se miraba a si mismo desde otro plano. Gente entraba y la intentaba calmar, sin lograrlo, al parecer.

—¡No me lo van a sacar de mis brazos! ¡Ustedes no hicieron nada!

Si lo hicieron mamá.

¡Ustedes que se hacen llamar doctores van a ir al infierno a derretir sus esperanzas en el fuego sin fin!

No tenía salvación, superáme y déjame ir a donde debo ir.

¡Se van a pudrir como manzanas viejas y olvidadas!

Su voz resonaba pero no era escuchada. Dos manos agarraron sus pies y lo enterraron en el piso hasta llevarlo abajo, bien abajo y profundo.

¿Dónde me llevan?

Decía el muerto. ¿A donde lo llevaban? Era una buena pregunta. Al llegar se abrieron las puertas a un lugar grande como un mundo entero un largo puente parecía llevar al corazón de ese lugar, rodeado por un gran río de lava. Dos hombres con sus caras ocultas escoltaron a aquel fallecido.

—¿Que hago acá?

Un fiero y grande animal de tres cabezas hizo su aparición cuando llegaron al gran portón que dividía el puente con el gran lugar al que se dirigían. Este bajo su cabeza hasta el chico y lo olfateo, cambiando su expresión luego de varios segundos a una de asco y repulsión.

—Lo ha decidió Cerbero.

Dijo uno de los hombres con capa. Tras eso las puertas se abrieron y dejaron entrar al hombre. Fue llevado luego a lo que parecía un palacio, donde descansaba el supuesto rey, quien controlaba el inframundo.

—"No me mires a los ojos. No me escuches con los oídos. Cuida tu cuerpo de sentir mis latidos, y tu esencia de ser separada por mis cuchillos." dijo alguna vez el anterior rey. Cerbero decidió tu entrada, y yo decido tu destino.

Mi destino..

Un chasquido fue suficiente para levantar cuatro paredes y un techo completamente negros. Ahora el hombre se encontraba en un espacio infinito y oscuro, sin nada más que él mismo.

Sacame.

—Tu destino es ahora, ver a tu familia llorar, esa es la lluvia de los ojos, la que menos te gusta, y la oscuridad es la que mejor acompaña a esa agonía.

¡No!

Así era. Pudo ver a lo lejos, él siendo asesinado, su familia llorando, y el siendo olvidado finalmente. Una y otra vez, todo en un segundo.

¡Sácame o de rey no te va a quedar ni la herencia demonio maldito!

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2022 ⏰

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