El hijo prodigo regresa

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¿Alguna vez han sentido ese deseo y emoción de regresar a su hogar después de un tiempo fuera de el? Bueno, ese no es mi caso, hay muchas cosas que me desagradan de aquel lugar, pero mis mejores amigos siguen en este basurero así que no me puedo quejar ahora que mi padre decidió que debía regresar pues aquí "pertenezco" solo fueron seis meses pero, a decir verdad, extrañare estar fuera de este lugar, como sea ya estaba en camino así que no había marcha atrás, la forma de manejar de mi padre y su avanzada calvicie lo hacían ver como un viejo de sesenta, cuando la verdad es que estaba por los cuarenta y... tantos, miraba por la ventana, lo había hecho durante todo el camino, solo veía arboles, enormes pinos, uno tras otro, empezaba a marearme, -Pon algo de música George-. Le decía al hombre tras el volante, -no hagas eso-respondía sin alejar los ojos del camino, -¿hacer que?-cuestione sin mucho interés,-llamarme por mi nombre, soy tu padre, no un extraño que te dio un aventon-. -Ok, pon algo de música pa'-decía volteándole los ojos, el sonrió un poco y puso música country -"Cause' i'm a country boy!"-cantaba a todo pulmon y yo no tuve de otra mas que unirmele, pasamos los siguientes treinta minutos escuchando a Alan Jackson "el mejor cantante de country" según mi padre, hasta que llegamos por fin, mi pueblo, la gente en las calles despreocupada, una pareja sentada en la banca de un pequeño parque, yo solo quería llegar a casa y dormir hasta el día siguiente, llegamos a la casa ya tenia mucho abandonada, la puerta de la entrada hizo un chirrido al abrirse lentamente, los muebles tapados con polvorientas sábanas blancas, -Hogar, dulce hogar-dijo mi nostálgico padre, dándome una palmada en el hombro-sube a tu cuarto y empieza a desempacar, mañana comienza la escuela-. Subí las escaleras, cerré la puerta de mi cuarto de golpe, aventé la maleta y me deje caer en la cama, mientras estaba en ese lapso entre el sueño y la realidad escuche ruidos metálicos, herramientas, no les di mucha importancia, revise mi celular, 5:47 p.m. era muy temprano pero necesitaba dormir un poco así que solo caí rendido y no supe mas nada. Un ruido constante y molesto me hizo abrir los ojos, mi celular, estaba sonando, lo tome, 3:30 a.m. en la pantalla se podía leer "Jess llamando" conteste e inmediatamente la voz detrás del teléfono hablo, una voz cálida y familiar -Hola cariño, ¿me extrañaste?-.decía Jess al teléfono.-Amor, son las tres de la mañana, ¿no pudiste esperar a que amaneciera?-. La voz de Jess cambio de tono, temblaba, podía escuchar su respiración en la bocina, estaba exaltada por algo, hasta que por fin hablo-¡Idiota! ¿Te vas seis meses a no se donde y luego decides volver como si nada hubiera pasado?-su voz se quebró-¿Donde estabas todo este tiempo?... ¿Donde estabas cuando te necesitaba?...-. Creí que empezaría a llorar, no lo hizo, pero tampoco dijo nada mas, así que decidí empezar a hablar-Jess, lo siento... yo...-.me interrumpió -También la amaba... también sufrí por eso, pero yo no huí de los problemas, no te culpo de nada, te quiero, vas a regresar a la escuela ¿cierto? Te veré mañana cielo-Colgó después de eso, me levante y baje las escaleras lo mas silencioso posible, fui a la cocina, tome un vaso de agua y vi que la luz del garage estaba encendía, entre y vi a mi papa tirado en el suelo, roncando en el suelo mejor dicho, sonreí, lo cargue en mi hombro y lo lleve al sofá, -No duermas en el suelo George, te puedes enfermar-. Le quite las botas y le traje una manta, de pura curiosidad me olí la axila, -mierda, apesto, ¿quien se baña a las 4 a.m.? Supongo que yo-,subí las escaleras, cerré la puerta del baño y empece a quitarme la ropa, cerré la cortina de la regadera, abrí la llave y el agua empezó a caer sobre mi cabeza y mi espalda, estaba helada pero no me importo, saliendo de bañar me puse un short, una playera sin mangas y me tire en la cama con el cabello mojado, -"mejor"-pensé, cerré los ojos quince minutos y entonces... -¡Evan! Levántate, es tarde-. Baje las escaleras a toda prisa después de ponerme unos jeans, una playera y mi chaqueta favorita -Jenny, lucete hoy-le hablaba a mi chaqueta, -¿Vas a desayunar?-.-Comeré algo haya, tengo que correr Geor... papá-. El viejo sonrió -No tienes que correr-decía mientras miraba hacia la puerta del garage, -Anoche arregle tu moto, esta lista para correr-. -Gracias George-le decía mientras arrancaba la moto y aceleraba a toda velocidad por la calle, lo vi salir de la casa y gritarme algo pero no entendí así que pensemos que dijo "buena suerte". Llegando al estacionamiento de la escuela estacione la moto y empecé a correr hacia el aula, -aula 24... aula 24... ¡ahí esta!-decía para mi mismo, entre al aula con paso seguro, algunos parecían haber visto un fantasma, otros volteaban la mirada yo trataba de no ver a nadie a los ojos, cuando siento que choco con alguien -¡Fíjate por donde vas, idiota!-decía una voz dura, grave y familiar, un tipo alto, rubio y musculoso estaba parado frente a mi con cara de susto, -¿Que te pasa, Pierce? Parece que hayas visto un fantasma-decía mientras sentía la tensión cobrar fuerza en el aula, -Evan Hammer, ¡Miren todos! El hijo prodigo regresa-Decia aquel chico mirando alrededor y volviendo la mirada a mi, añadió.- Debiste de ser tu quien estuviera bajo tierra-.-Lo se-le dije mientras mi puño golpeaba su nariz.

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