Sueño "Xicheng"

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Pareja: Xicheng

Pov: Jiang Cheng termino de enamorarse de algo más que un sueño.

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Jiang WanYin ama pocas cosas, los animales, la sopa de su shijie y dormir... Ama dormir ya que al cerrar los ojos, deja de ver la indiferencia de su padre y la decepción de su madre, al cerrar los ojos puede ver a ese hombre de sonrisa brillante y mirada gentil, alguien que lo ama y no lo repudia. Deja de ser Jiang WanYin y pasa a ser A-Cheng, el tesoro más amado y preciado para ese hermoso hombre.

I

Todo empezó cuando tenía 15 años, la vez que se encerró en su habitación en el momento que logró escapar de los gritos de su madre sobre lo patético e inútil que era, cerro con llave su habitación esperando que su madre no lo siguiera y tal vez, solo tal vez podría descansar un poco, se preguntó si sus hermanos estaban bien, descartando el pensamiento rápidamente al recordar el como Wei Wuxian se iba a la casa del Wen cuando las peleas iniciaban, el como Yanli se ponía sus audífono subiendo el volumen de la música y también como su padre se encerraba en la oficina y no salía de ahí hasta pasado de media noche, dejándole a él como el único elemento en el que su madre podía descargar su furia.

"¡Eres realmente patético! Como esperas que tu padre te voltea a ver cuándo te sigues aferrando a ser la estúpida sombra de ese mocoso"

"... "

"Que acaso ni siquiera puedes hablar... ¡¡JIANG WANYIN!! Ven aquí".

Tomo la capsula junto un poco de agua, estudio un rato más y se acostó para dormir, sin hacerse muchas ilusiones cerro los ojos esperando abrirlos a los pocos minutos, pero lo que encontró no fue el gris opaco de su habitación, si no que fue un blanco con tonos celestes, asustado se levantó de la cama... Pero no estaba en la cama, sino en un campo de flores con un pequeño arrolló no muy lejos, se acercó al arrolló para ver su reflejó, pero todo seguía estando normal, sus ojeras, su cabello hecho un nido de pájaros, sus ojos con la ligera hinchazón por haber llorado y su labio dañado ante la fuerza de haberlo mordido, se levantó y camino por el lugar buscando una explicación lógica de donde se encontraba, no tardo en ver una pequeña cabaña cubierta por un gran árbol, camino hacia ella pasando por el árbol que contaba con una extraña apariencia lúgubre.

"A-Cheng" dijo una voz distrayéndolo del árbol, frente a él se encontraba un joven no tan mayor que él, pero que si portaba una mejor apariencia, su piel blanca como la nieve, cabello negro como la tinta y dos ojos oscuros que te daban la sensación de ser devorado, vestía ropas blancas llevando una flauta en mano y una cinta decorando su frente.

Sin saber porque camino hacia él, tomando la mano que se le fue ofrecida, entrando al lugar que parecía ser más grande por dentro de lo pequeña que era por fuera, paredes blancas, celestes y moradas decoraban el lugar junto a pequeñas pinturas y muebles que parecían ser hechos a mano, en la primera habitación un como sofá les daba la bienvenida, una gran chimenea y una repisa con un par de libros de diferentes tamaños, en la continua una gran mesa se encontraba repleta de diferentes platillos de tamaños y colores diferentes, también de lo que parecía ser vinos y postres, la habitación principal era enorme, una cama que parecía ser capaz de albergar 4 adultos se encontraba situada en el centro, una mesa de noche se encontraba a cada lado teniendo sobre ellas dos lámparas de tamaño promedio con diversos detalles, junto a otros objetos que no logró identificar.

Todo lo demás pasa como un parpadeo, comieron, jugaron, nadaron y en cierta parte del día ambos se acostaron en la enorme cama, el mayor lo abrazo dejando que el menor escondiera el rostro en su pecho, pasando una mano por su espalda murmura.

"Dulces sueños, A-Cheng".

Cuando Jiang WanYin volvió a abrir los ojos era de día, no fue el campo de flores donde despertó, tampoco esa enorme, pero acogedora habitación, sino que fue el gris opaco de su habitación teniendo de fondo los gritos de inconformidad de su madre, soltó un suspiro y cerró los ojos tratando de no olvidar ese sueño, las caricias, los mimos, las miradas y las sonrisas quería poder imprimir esos recuerdos y guardarlos celosamente de todo lo demás, se levantó y preparó para otro nuevo día parando en la puerta volteando una última vez deseando poder volver a soñar a esa hermosa persona.

Los ríos necesitan claridad tras una devastadora tormentaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora