𝓝𝓸 𝓽𝓮 𝓹𝓻𝓮𝓸𝓬𝓾𝓹𝓮𝓼, 𝓽𝓾 𝓱𝓮𝓻𝓶𝓪𝓷𝓪 𝓽𝓮 𝓬𝓾𝓲𝓭𝓪.
Kazutora Hanemiya y lectora.
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No te preocupes, mientras yo esté aquí te prometo que siempre te amare al igu...
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Perdón!
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Cobarde.
Esa era la palabra que pasaba una y mil veces por la cabeza del más joven de la familia Hanemiya.
Sentado mientras apoyaba su cuerpo en la entrada de su casa esperando a su hermana. Su mirada estaba perdida sobre el lado contrario de la calle observando uno que otro carro pasar mientras ambas manos raspaban contra su piel, dejándola rojiza.
- (no pude hacer nada... Ni siquiera pude defenderla... solo me quede ahí parado mirando como la golpeaba... como un cobarde)
¿Y que esperaba? Era tan solo un niño de 9 años que siempre se escondía detrás de su madre e hermano. No podía darle la cara a su padre porque al igual que ambas mujeres, el simple hecho de verlo ya lo aterraba.
Sola estuvo parado ahí, viendo cómo su hermana mayor era golpeada por su padre cómo forma de castigo por no solo estar a altas horas de la noche en la calle, si no igual el tener un trabajo en secreto.
Patético padre.
Trono su lengua mientras volvía a bajar sus manos dejando de hacerle daño a su piel, solo estaba hi sentado pensando en como se encontrara el rostro de su hermana.
- ¡Tora-kun!
Hiciste acto de presencia mientras te acercabas a la entrada sacando tus llaves.
- ¡!
- ¿Dónde estabas? ¿Te fui a buscar en la escuela pero n-
- perdóname...
Aquel infante al verte corrió a tu lado abrazándote con fuerza. Diste un paso atrás intentado mantener el equilibrio mientras ambas manos las Apoyabas sobre Kazutora, estabas confundida, bajaste la mirada para por fin ver su rostro.
