Prólogo

83 15 11
                                    

—Por fin termine —soltó un suspiro pesado cerrando sus ojos, levantándo ambas manos al aire para estirarlas junto con su espalda, provocando un sonido estruendoso de sus huesos—, ya no quiero saber sobre los conceptos y argumentos de los trastorno...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Por fin termine —soltó un suspiro pesado cerrando sus ojos, levantándo ambas manos al aire para estirarlas junto con su espalda, provocando un sonido estruendoso de sus huesos—, ya no quiero saber sobre los conceptos y argumentos de los trastornos mentales, por ahora.

Nix, su mejor amiga soltó una risa nasal, guardando su ropa que horas antes había sacado.

—Te entiendo, aparte que teníamos que escribir diez partes de cada trastorno seleccionado que nos dieron —agarro su labial, poniéndose delante de su espejo de su pared colgado, dando toques ligeros para que sus labios se vean de un tono rojo intenso—, sin mencionar el resumen al final de cada uno, uff, no sabes como estaba por golpearme la cabeza contra el escritorio, y más por que era uno de nueve ¡uno de nueve! ¡Tenía que pensar más para las que aún no había terminado!

Cerro su labial de forma brusca, recordando como casi se arrancaba los cabellos a media tarea.

—Pero por suerte me ayudaste dándome algunas ideas, no sabes lo agradecida que estoy contigo —volteo la castaña a ver a su amiga, que estaba recargada aún en su silla con los ojos cerrados, debajo de estos se notaba unas ojeras notorias por toda la semana de tareas que les habían dejando.

—No tienes por que agradecerme, Nix, sabes que de igual forma tú también me hubieras ayudado si estuviera en aprietos —abrió sus párpados mostrando sus ojos cafés oscuros, que mostraban cansancio y que pedían a gritos dormir hasta el siguiente dia—. No tengo ganas de hacer nada, el café que me tome antes casi no me hace efecto, tengo sueño, quiero dormir, exigo dormir ¿sabes qué? Me voy a dormir. Hasta mañana.

Eira se levantó de su silla con flojera, caminado como si fuera un zombie hacia su cama con la intención de dejarse caer y entrar al mundo de los sueños y descanso de al menos, cinco horas. Pero sus planes se vieron frustrados por la castaña, quien mantenía agarrada de sus hombros, impidiéndole que tocará su suave cama. Fruncio su ceño en confucion ladeando ligeramente su cabeza.

—Tengo planes para ambas —comenzó Nix, ante la mirada curiosa de su amiga.

—¿Planes? ¿De qué hablas?

—Hoy en la noche, dentro de treinta minutos hay una fiesta cerca del campus —resumió poniendo a Eira derecha—, y como hemos estado cansadas y frustradas con los trabajos de la Universidad, pensé que ir a una fiesta, a divertirnos, beber, bailar y relajarnos un poco sería bueno, ¿verdad? Digo, nos lo merecemos después de toda esta semana ajetreada.

—Ya veo... —siseo la de ebras negras, frunciendo su ceño y labios indecisa en si aceptar la propuesta de su amiga. Siendo sincera, no quería ir a una fiesta de un desconocido que seguramente iría más personas desconocidas que no conocé, no sabría que hacer estando ahí y con las posibilidades de que su amiga la abandone en media fiesta, no la mal interpreten, era sociable ella, claro, pero todo cambia cuando es una fiesta donde hay alcohol, drogadictos y seguramente un montón de hormonales que van aprovechar la oportunidad de coger con un desconocido para desestresarse—. Sinceramente no quiero ir a una fiesta Nix, estoy cansada y quiero dormir, y así como estoy, seguramente miro a alguien con mi cara de culo alargado y amargado, sin mencionar que contesto de forma tosca y grosera cuando no duermo mis cinco horas diarias.

La castaña se río, menenado la cabeza de un lado a otro.

—No te preocupes por eso, solo vamos por el alcohol y un café extra cafeína para tí, para que tengas arranque toda la noche.

—Pero quiero dormir...

—Y le digo al profesor que la clase que no asististe fue por problemas personales y no por que en la ducha te diste un golpe que se te durmió la nalga por tres horas, sin mencionar tu talón y que rompiste la cortina del baño.

«Es una chantajista manipuladora. »pensó Eira con una sonrisa temblorosa. Le extendió la mano para estrecharla.

—Entonces, ¿quieres que elija un vestido para tí?

—No gracias, si voy a una fiesta, voy a ir a mi esilo y forma.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ѕωιм |кιℓℓυαχℓє𝚌тσяα| |αυ мσ∂єя𝚗| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora