𝗧.𝗔.𝗖.𝗙

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Recomendación: Escuchar 'Falling' de Harry Styles durante todo el capítulo.

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Pensamientos de Iván

A veces me veo en la necesidad de pedirte perdón. Suelo conocer muchas personas, algunas me dieron felicidad. Aquellas a las que amo y más cerca quiero tener, muchas de ellas están pasando tiempo con sus amigos, familiares o cercanos.

Yo también deseo eso las veces que me encuentro sólo en mi habitación.

Descanso, mirando el techo y pienso en las miles de posibilidades en las que al menos en una, podamos crear un mundo juntos.

A veces adoro la cantidad de chistes malos que hacés o caras raras que para tu fortuna, siempre me sacan una sonrisa. Es la misma sonrisa boba que tengo por las noches al pensar en vos o también cuando voy a buscarte algo para tomar o comer. Escuchar el "Te quiero, amigo" me alegra y a la vez me llena de angustia.

Saber que el único concepto tuyo de mí siempre será ese. Y, lo peor, es el hecho de que vos para mí tenés otro significado, y dudaba que pueda cambiarlo.

Y debo admitir que me pongo nervioso cuando me hablás con palabras justas para hacerme sonreír y no soltar una palabra. Me hacés sentir suficiente, y a la vez me hacés sentir nada.

Porque es más bien una soledad profunda, que se llena de apoco con cada día en tu compañía. Gritaría en voz alta que poco a poco me enfermo con cada palabra que despedís de tu boca. Porque siento como si fuese la sustancia más peligrosa para mi corazón.

Sentir los latidos golpeando con más fuerza por el más mínimo toque que nos damos y desarrollar obsesión con un par de ojos esmeraldas oscuros que suelen embobarme por un rato.

Nada en el mundo se compararía con toda la fantasía entre locuras amorosas que experimento tan sólo escucharte. Puedo sentir mis pupilas dilatarse con cada mirada que te doy, como si estuviese aspirando la droga más fuerte del mundo.

Debo admitir cada cosa que siento por alguien a quien nunca llamaré más que amigo. Porque el destino lo quiso y así será. Cada uno de nosotros tomará decisiones diferentes.

Y algún día, cuando creamos que nuestra amistad esté al punto del quiebre, voy a tener en cuenta que la única persona que me hizo sentir perdido, fuiste vos, Rodrigo.

Jamás en la vida me sentí tan gravemente enamorado de alguien.

Y te lo voy a contar, con euforia y felicidad. Podría estar horas relatandote cómo me tuviste loco por años, y jamás me atreví a decírtelo. Estar lleno de intriga por una respuesta tuya y estar feliz por mi valentía.

Antes de dejar atrás todo, te haría saber lo importante que fuiste para mí. Quisiera que todos los sentimientos míos los tengas vos. Que te lleves todas y cada una de mis palabras.

Aquellas que te voy a decir, frente a frente. Intentar que sólo estemos los dos para que al fin pueda largar algo que por tanto tiempo estuvo escondido.

Y sí.

Me siento en la necesidad de pedirte perdón. Porque en la vida quise tanto a alguien como a vos. Y tal vez, pensé, que decírtelo sería la decisión más difícil de mi vida. Pero tenía que hacerlo.

Perdón. Así mismo, por todo. No es cansancio por la espera, es porque me dí cuenta de que esperar me estaba matando por dentro. Y sería mejor, al fin, quitar una mochila de sentimientos sobre mis hombros.

Tal vez no me sienta bien luego de hacerlo, pero sí me sentiré libre.

Al descargar cada palabra y dejártelas como regalo, estaría confiado en que el amor que algún día comencé a sentir por vos, terminó en un lugar seguro.

Un secreto de ambos. Que tal vez al soltarlo separe aún más nuestro pequeño hilo de amistad. Pero podría al fin liberarme de un corazón roto.

Además, aunque te lo deje todo, siempre habrá algo más. Una pequeña nota, capaz, que amaría que la leas todos los días para acordarte de mí. Y recuerdes que aunque tal vez yo no esté, algo de mí quedó con vos.

Que cuando mi corazón deje de latir para darle espacio al tuyo, te quedes al menos, con una parte de mí.

Esa misma nota que te haga pensar que nunca fuiste sólo un amigo para mí, sino que siempre te ví como la cosa más perfecta y única del planeta.

Al levantarte, y poder verla a un lado de tu cama, con una etiqueta pequeña de un corazón rojo claro. Que en ella hayan pocas palabras, con significados más grandes de lo que podrías llegar a pensar:

Chico de ojos verdes, te amo con frenesí.