El camino de una serpiente para encontrar a su esposa

Capítulo 1- Al caer del acantilado

                                                              ☆ Al caer del acantilado

Las montañas de gran altitud de Changyang están cubiertas de nieve durante todo el año. En verano, el aire también es frío y una capa delgada de nieve blanca cuelga de los árboles.

En el camino de montaña construido a lo largo de la montaña, varios transeúntes vestían chaquetas finas de algodón y charlaban con las manos en los bolsillos.

De repente, una delgada figura gris saltó del sendero arbolado y corrió desenfrenadamente colina abajo, atrayendo las miradas de los transeúntes

"¿Qué le pasa a Mou Jiu hoy? ¿Fue golpeado por un adulto otra vez?"

"Estoy cerca de su casa y en estos días escuche los gritos y llantos del niño, Probablemente fue muy desobediente. Pero es un chico pobre, creció trabajando en casa y ni siquiera fue a la escuela primaria"

Otra persona se ajustó la chaqueta delgada y dijo con indiferencia: "A quién le importan los demás, las montañas son altas y el emperador está lejos, incluso el gobierno no se preocupa, entonces ¿qué podemos decir?. Vamos, hace frío afuera, es casi verano. ......"

Ji Yang llevaba una fina camiseta gris de manga larga y unos pantalones grises no negros debajo. Sus ropas no tenían forma y estaban sueltas como un trozo de tela, pero su cara estaba sorprendentemente limpia, con sólo diecisiete años, y ya podía ver la bonita postura de su forma. Las ropas andrajosas no hacían juego con su temperamento, y su piel sólo estaba un poco oscura debido a la exposición prolongada al sol, Lo que hace que su cuerpo delgado se vea menos enfermizo.

Ji Yang enseñó los dientes con desprecio cuando escuchó las palabras de los transeúntes. Su nombre no es Mu Jiu, su nombre es Ji Yang. Esta familia había pagado nueve mil dólares por él, por lo que se llamaba Mou Jiu

Sus padres adoptivos no tuvieron hijos durante muchos años y gastaron la mayor parte de los ahorros de la familia para comprarlo como hijo. Al principio, le trataron como si fuera de su propia sangre, tanto que se quedó sin palabras. Tenía entonces cuatro años y era bastante gruñón, lloraba todos los días cuando no encontraba a sus padres, y el rostro de su madre adoptiva estaba siempre lleno de angustia y lo persuadía pacientemente. Si hubiera pasado más tiempo, podría aceptarlo lentamente, pero justo después de que se encariñara con sus padres adoptivos, su madre adoptiva se quedó embarazada.

Así que su trato empeoró. Hizo su habitual rabieta, pensando que sus padres adoptivos seguirían siendo incondicionalmente amables con él, sólo para recibir una severa paliza de su malhumorado padre adoptivo, que le había aguantado durante mucho tiempo. Miró a su madre adoptiva en busca de ayuda, pero ella, que siempre le había adorado y querido, se limitó a mirar. Entonces recordó que la escoba que tenía su padre en la mano parecía haber sido traída desde la esquina por su madre adoptiva.

Hoy en día, el dolor insoportable de su cuerpo hace tiempo que se ha desvanecido, pero todavía está asombrado por el repentino cambio de sus padres adoptivos desde entonces aún está fresca en su mente; es feo lo rápido que puede cambiar la gente.

Luego, su padre adoptivo le daba golpes y patadas cada vez que tenía un mal día. Con el tiempo, aprendió la lección y no volvió a llorar ni a quejarse, pero no pudo escapar de las fuertes palizas. Su madre adoptiva también comenzó a golpearle después de dar a luz, y resultó que la única razón por la que no lo golpeó antes era por el bebé en su vientre.

Para salvarse de ser golpeado, tuvo que hacer todo lo posible para realizar el trabajo que le ordenaban sus padres adoptivos, pero también fue golpeado, porque los padres adoptivos dijeron que lo habían comprado por nada y se enfadaban al verlo.