Zombie･☄° ｡YiZhan

O19

Lu, Hao Xuan y Ji Yang quedaron enterrados en le nieve ya que su fuerte se había roto y caído encima de ellos. Lu quería patalear pero la nieve le pesaba, Hao Xuan se paró como si nada aventandole más nieve a ella y Ji Yang se quedó más congelado que antes medio enterrado.

Zhan dejó de hacer bolitas cuando escucho los gritos de su equipo diciendo que habían ganado. Feliz fue hasta su mejor amigo quien tenía sus mejillas y nariz llenas de nieve haciendo que su piel blanca se tornara algo rojiza por el frío; con delicadeza le quitó la nieve de su cara aún sonriendo por haber ganado aunque no supiera como pasó.

—Bueno ya que ganamos, es hora de hacer un muñeco de nieve.

—Aguarden, no me dejarán aquí.

—Vamos Hai Kuan, ayudemos a los niños con eso.

Hao Xuan empezó a desenterrar a ambos omegas admitiendo la derrota.

—Bueno, iremos al karaoke.

—Creo que debemos hacerla de hielo para la próxima.

—D-de hielo n-no —dijo Ji Yang muriendo de frío.

—Ahora si pataleó —No es justo.

—Vamos Lu, todavía nos queda el karaoke.

—Mm me había imaginado victoriosa en este juego.

Ambos niños empujaban una enorme bola haciéndola rodar por el suelo, era casi de su tamaño y según ellos era la perfecta base para su muñeco de nieve.

Hai Kuan consiguió un par de ramas para hacer los brazos, Cheng traía botones y una zanahoria, ambos veían el trabajo que hacían ambos con esa enorme bola de nieve que si se la hubiera lanzando a Lu no sale de la nieve hasta primavera cuando se haya ido.

Muchos esfuerzos más y lograron tener su obra maestra con un poco de ayuda a ma hora de ensamblarlo. Era enorme, hasta Cheng se sintió intimidado porque el muñeco era de su tamaño.

Después ambos fueron a otra sección y se tiraron a la nueve empezando a hacer ángeles. Adoraban diciembre porque había muchos eventos de suma importancia en ese mes, la nieve, navidad, el cumpleaños de Zhan y vacaciones.

Era el mes perfecto de todo el año y aunque no pasaban las fiestas juntos prometieron verse luego de ellas para contarse todo lo que hicieron, lo que recibieron y lo que harían después.

—Mejor un castillo no.

—¿Por qué no?

—No quiero que se nos desplome encima como a tu shijie.

—Sí, tienes razón.

Ambos concientes de que su arquitectura no era primermundista decidieron rodar por la nieve y hacer muñecos de nieve en miniatura para que su enorme creación no estuviera sola el resto del invierno.