Rápidamente los dos chicos se hicieron amigos pues solían verse en el parque, durante ese tiempo sus familias también empezaron a acercarse y con el paso del tiempo no sólo se reunían en el parque sino en sus hogares e incluso hacían pijamadas.
Si bien no iba en la misma escuela primaria y cada uno tenía un grupo de amigos, como Takemichi quien rápidamente se hizo amigo de cuatro chicos Takuya, Atsushi, Yamagishi y Makoto, por su parte Chifuyu siempre estaba acompañado de un chico llamado Hakkai y del par de gemelos Kawata, Nahoya y Souta.
Pero esto no era un obstáculo en su relación de mejor amigos, siempre buscando la compañía del otro al final del día.
Habían pasado cinco años desde que Chifuyu y Takemichi se conocieron, ahora ambos asistían a la misma escuela secundaria, era casi imposible ver a Takemichi sin Chifuyu y viceversa, donde estaba uno tenía que estar el otro, claro a excepción de cuando estaban en clase, ambos chicos era muy responsables en cuanto a sus estudios.
Este día era como cualquier otro, a excepción de un pequeño detalle, hoy entregarían los resultados para saber las castas de los estudiantes.
Era un procedimiento sencillo, era realizado comúnmente por las escuelas al cumplir los quince años aunque también se podría realizar en una clínica, para esto necesitaban una pequeña muestra de sangre y una semana después entregaban los sobres con los resultados.
Takemichi mentiría si dijera que estaba emocionado por los resultados, siendo hijo de betas su resultados serían obvios, aunque existían casos donde hijos de betas eran alfas u omegas, esto no era muy común.
Cuando le entregaron el sobre con los resultados, simplemente lo guardo en su mochila pues Chifuyu le dijo que quería que lo abriera cuando él estuviera presente.
Al finalizar sus clases espero a su amigo para poder ir juntos a su casa donde verían los resultados y después seguramente jugar algún video juego.
– Te lo dije Fuyu, soy un beta – dijo mientras dejaba de lado el sobre con los resultados.
– Se que lo dijiste pero siempre estuvo la probabilidad de que no lo fueras – le contesto mientras intentaba poner una sonrisa que fuese lo más natural.
Por unos minutos el ambiente se torno un poco incómodo, hasta que Takemichi dijo que deberían comer algo y ver alguna película decidiendo ignorar el pequeño sentimiento de inconformidad que se instalo en el pecho de cada chico.
Pasaron un par de horas viendo algunas películas recostados en la cama del mayor, en un momento éste se percato de su amigo durmiendo, no sabía cuánto tiempo llevaba dormido, al no querer despertarlo decidió cerrar su computadora y hacerla un lado acomodándose mejor junto a su amigo.
Chifuyu era hermoso, tenía facciones suaves pero sin llegar a ser femeninas, su aroma era como el de las fresas, porque aunque los betas no podían oler las feromonas como las otras castas y tampoco les afectaban, las podían oler como si de un perfume se tratase, Takemichi presentía que su amigo sería un omega y que era mejor que se deshiciera de los sentimientos que estaban formándose en su pecho.
Takemichi no sabía cuándo comenzó a sentir algo por su mejor amigo, tal vez debió darse cuenta cuando la sola mención del otro mejoraba su estado de ánimo o cuando en vez de pedirle a su madre que le comprar algunas chucherías del supermercado le pedía fresas porque se habían vuelto sus favoritas.
Debió alejarse pero no pudo y no sabía si sería capaz de hacerlo pero por el momento decidió ignorar todo y disfrutar de la calidez que le brindaba el cuerpo a su lado mientras dormía.