Señorita Maureen | Taekook |

02› Chicas como yo.

02 de Agosto de 1963

Días posteriores de la fiesta, era un día mucho más caluroso de que los días anteriores en su corta estancia en Newquay, por lo que no había tenido planeado salir hasta que el sol se escondiera entre las nubes grises nuevamente como es común para Maureen ver en Mánchester. Sin embargo, fue sorprendida al ser invitada por Sharon a tomar el té con sus amigas de la facultad de enfermería cerca de donde se encontraba este mismo lugar, lo rechazó amablemente, más no creyó que la rubia le insistiera tanto con asistir a la pequeña reunión.

Era un lindo y pequeño lugar, y había otras mujeres pasando el rato también. Maureen estaba impresionada por la relación que las chicas y Sharon tenían, congenian tan bien que le aterra no escuchar palabras llenas de falsía salir de sus labios, en Mánchester, con sus anteriores conocidas era algo muy común de ellas decir una oración de 10 palabras como mínimo llenas de fariseísmo, eran tan hipócritas unas con las otras que ya ni siquiera temían hablar sobre los defectos de las demás a otras personas frente a la acusada.

Pero ella temió cantar victoria tan pronto en cuanto comenzaron sus temas de conversación, sus razones por las cuales no hacerlo; uno, o bien su relación era lo más sana posible y no existía rivalidad entre ninguna: o era de esos grupos donde se hacían confidencias de otras mujeres externas a ellas. Un enemigo en común.

-¿Qué ocurrió después de que tu madre conversó en privado con tu querida cuñada?-

Katherine Brown. O como a varios les gustaba llamarla, Karine, tobillos de camarera.

-Nada interesante en realidad, solo contó su versión, Vernon se molestó ya que cree se incurrió en difamación porque en realidad no ocurrieron los hechos así. Al final mi madre la despidió por el patio y le pidió que no dijera nada de él o de la familia.- Explicó Sharon, pasando algunas veces para beber su té.

-Dios, debió ser algo muy vergonzoso para ella.- No esperó las risas de burla entre las tres jóvenes. No esperaba una reacción así, ¡Dios!, la pobre chica había sido tocada sin su consentimiento en sus partes íntimas a plena luz del día con gente alrededor de ella y la madre de la rubia solo le había angustiado el qué dirían de su primogénito. El ambiente y el tema de conversación le parecían desagradables.
-Ouh, ¿recuerdan cuando atraparon a Lucas Miller tocando descaradamente a Katherine Brown?, nadie quiso volver a cortejarla y solo la buscaban como para una noche. - Comentó Anne con un tono burlesco.

Maureen se sentía terrible al verse interesada en saber del paradero de la desconocida. Más aún así tuvo la valentía de preguntar por su estado actual.

-¿Qué pasó con ella? - Interrogó ella.

-Se mudó a Escocia días después del suceso y hasta ahora no la hemos vuelto a ver. Oh bueno, al menos no aquí en Newquay- Respondió Sarah, la chica de ojos verdes como aceitunas.

-Mi madre decía que las chicas como ella solían cambiar de estadía para no tener que toparse con las novias o futuras esposas de los varones con los que se veía, pero creo que más bien ella quería huir de su pasado, no debió ser para nada lindo tener ese tipo de atención- Sharon comentó con tranquilidad e indiferencia.

-¿Entonces creen que ella se lo buscó, Krystal Jung?- cuestionó una vez más, Maureen. Deseando saber que tan de fiar era la rubia, quería ver hasta donde era capaz de llegar.

-Pues... yo lo creería, ¡oh!, ¿recuerdan que en secundaria realizó un juego de besos con chicos?, por suerte no la atraparon esa vez, pero fue tan vulgar- relató la pelinegra de nombre Margaret.

-Lo recuerdo claramente, más aquella vez había consentimiento.-dio un último sorbo de su taza de té haciendo una pausa más.
-Además, Margaret, no recuerdo que te hayas quejado esa vez cuando te besaste con Edgar Collins. Sabiendo que él en ese entonces tenía pareja. - confesó Sharon, su confesión dada con apatía. Y a la chica se le notó su nerviosismo cuando Maureen posó su mirada en ella y muy torpemente tomó su té.