Señorita Maureen | Taekook |

01› René

23 de Julio de 1969

Esta historia tenía demasiadas perspectivas, aunque claro, existían mis dos favoritas. Comienza un sábado 23 de julio, en la fiesta de cumpleaños de una de las jovencitas catalogadas como una de las chicas más modestas de Newquay en el 69. Maureen podía oír el charloteo de la gente en casa de Sharon desde la acera de su nueva casa, verificó una vez más que estuviera todo en orden con su vestimenta que días atrás su madre le había comprado con ayuda de la madre de su nueva amiga en el pueblo.
Hoy era el cumpleaños número veinte de la rubia, y sus padres -los señores Jones- le habían organizado una fiesta por ello, y sus madres al volverse no sólo vecinas sino que también muy, muy buenas confidentes no vieron de malo en que la chica nueva de exótica estatura y el hermano de cuerpo corpulento asistieran al evento.

Al inicio se negó a ir, pues no hacía mucho que se habían mudado a Newquay nuevamente, y temía que la tomaran por una descarada, su padre le animó diciendo que esta era su oportunidad para hacer nuevos amigos antes de entrar a la universidad nuevamente. Se cuestionó si realmente valía la pena intentarlo, no le cabía duda que a Sahron Jones le había agradado pero, simplemente socializar no era lo suyo…

Dejó que la música le guiará, ingresó a tan bella morada encontrándose por todo el salón principal a una gran variedad de personas, hombres y mujeres luciendo atractivos, glamurosos y con gracia, con sus vestuarios "más" casuales los cuales les daba ese toque de ser distinguible de otros ahí presentes. Caminó y caminó, esperando a encontrarse a Sharon y hacerle entrega del obsequio que ayer compró con dificultad, pues al ser unas completas desconocidas era ignorante sobre lo que le gustaba o disgustaba a la rubia y el poco tiempo que habían compartido solo conversaron sobre la mudanza de la familia Jeon y, por parte de Sharon chismes del lugar.

—¡Maureen!— al oír el llamado giró en dirección opuesta encontrándose a la susodicha —Que bueno que llegas, ven, sígueme, quiero que conozcas a mis amigas—

Su madre le había dado un par de consejos para estas ocasiones, uno de ellos era el no protestar, así que se dejó jalonear por Sharon hasta llegar con las otras jovencitas.

—Chicas, ella es Maureen, es nueva en el vecindario. Maureen, ellas son Anne, Margaret y Sarah, juntas asistimos a la misma facultad a la que ingresarás este año.— se molestó en presentarse las y mencionarle las razones de su mudanza a Newquay.

—Un gusto, Jeon Maureen, vivo en la casa de enfrente.— fue lo único que dijo después de la gran introducción que Sharon les había proporcionado.

◇◇♡◇◇

Sabía reconocer un lugar con ambiente cuando lo veía, y en ésta ocasión no sólo era eso, lo sentía. Y sí, hubo personas que lo barrieron con la mirada y otros simplemente pasaban de largo o ni siquiera le tomaban importancia a su presencia. Antes de que las vacaciones iniciaran, Vernon Jones le pidió de favor que esperara al finalizar las clases en las afueras de la facultad ya que tenía que comunicarle algo antes de ya no volver a verlo hasta el siguiente semestre. Él muy amablemente le dijo que sí le esperaría, pues la forma en que lo había dicho se escuchaba que era algo de importancia. Lo esperó por minutos y justo cuando iba a irse al no verlo cerca, una chica de cabellera rubia que ya muy bien conocía desde pequeño se acercó a él, con un sobre en sus manos. Era una invitación a su fiesta de cumpleaños, solo para él. O bueno, eso era lo que decía la colorida tarjeta.

Y era justo en donde se encontraba en este momento, lástima, a SungJae le hubiera encantado bailar con los músicos que tocaban en vivo. Debía confesar que se sentía como un árbol torcido de los que crecían en la meseta más cercana al pueblo, él era un árbol hueco, sin hojas y de ramas raras, mientras que los demás invitados eran flores entre las yerbas y el césped. Este tipo de pensamientos hubieran continuado de no ser por Sharon quien se había acercado a él sonriente a saludarlo.