Hace cinco años atrás
- Queridos invitados, les quiero agradecer por estar reunidos hoy aquí en celebración de la graduación de mi querido hijo Robert.
Me toma del hombro y me acerca hacia él y me sonríe
- Me siento orgulloso de ti hijo por tu excelencia y dedicación en tus estudios sé que te depara un gran futuro como ingeniero matemático.
Todos los invitados aplauden y sonríen por el discurso de mi padre
- ¡Salud, por Robert!
Los vecinos, amigos y familiares cercanos brindan y uno a uno comienzan a abrazarme y felicitarme
-Felicidades, eres todo un genio.
me enseña su hermosa dentadura
- Gracias Andrea. Me da un beso en la mejilla y siento sus húmedos y carnosos labios rojos.
- Oh, perdón, te he manchado. señala con sus dedos mi rostro y me mira con picardía
La observo, hoy debido a la ocasión se encontraba ceñida en un muy ajustado vestido negro que hacía resaltar su figura y sus largas piernas muy bien esculpidas, era alta a decir verdad contando con su edad, llegaba a un metro setenta, su piel blanca sin llegar a la palidez y sus hermosos ojos verdes que si de acercártele te darías cuenta del tono café que tiene cerca de su pupila, le daba a su rostro algo encantador, pero sus cejas oscuras y cabello negro hacía que cualquiera que la viera quedase hechizado o al menos así me sentía con ella, pero no podría permitirme sentir algo más profundo, la había visto crecer y desarrollarse y su madre y la mía nos miraban como hermanos, aunque para mí no fuese más que mi vecina, solo mi vecina, porque así me permitiría pensarla de otra manera, ahora al verla convertirse en la mujer que es, me he alejado de ella y ha sido por la atractiva que la veo, aunque en ocasiones sus constantes insinuaciones me lo hacen difícil, hasta causar un revuelo en mi ser.
-Tranquila.
Le sonrió de la misma manera y eleva su ceja, acto que me parece más seductor en ella.
Escucho que me llaman, es mi padre
- Hola pequeña Andrea
- Hola señor Mauricio
- Oh hija, veo que le has dejado un regalo a mi hijo.
Lo miro extrañado
- Ten. me ofrece una servilleta y la toma limpiándome el beso
- Discúlpanos un momento hija, ven conmigo, te daré yo también tu regalo. Se direcciona afuera de la casa y lo sigo
Al salir, mi padre esta junto al cámaro negro, lo miro y esta alza su mano derecha enseñándome las llaves del carro
- Es tuyo ahora.
Me sonríe de oreja a oreja mientras una gran sonrisa se apodera de mi
- De verdad papá?
- Venga hombre, esto era algo que te lo pensaba regalar hace mucho tiempo y siempre tuve la idea de que el carro fuese tuyo en su momento.
- Te lo agradezco mucho padre, es increíble.
Tomo las lleves y lo abrazo
- Cuídalo muy bien.
piensa unos segundos - Sabes, aun me queda un regalo más por hacerte y creo que ese te gustara mucho más que este
- No creo que me puedas dar algo mejor que el carro. Esta tira una carcajada ante mis palabras
- Ya veremos cuando la tengas cara a cara.
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Búscame
Random¿Eres mi condena o salvación?, me has atrapado en tu red de misterio, yo solo quería ayudarte no destruir mi vida en el proceso. La vida de un sosegado profesor es perturbada por una enigmática joven de 20 años, la historia de estos dos personajes a...