Dᴏᴄᴛᴏʀ FᴇʀɴÁɴᴅᴇᴢ II

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DOCTOR FERNÁNDEZ (opción 2)

Depositó su maletín —quizá pesado a causa de sus infaltables libros y sus recientes archivos— sobre la silla más próxima a la suya

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Depositó su maletín —quizá pesado a causa de sus infaltables libros y sus recientes archivos— sobre la silla más próxima a la suya. Al piso o al escritorio ajeno, NUNCA. Dejó entrever una pequeña sonrisa e inclinó la cabeza a modo de saludo a quien acudió en defensa, seguidamente tomó asiento. A solo días del juicio, un hombre de gran envergadura política, se enteró de lo influyente que era el señor, Doctor, digo bien, en muchas de sus defensas. "Según algunos conocidos míos, el juez no se dejará sobornar..." El Dr. Fernández ignoró aquel comentario de común delito. Observó el rojo marco de unas cuantas fotografías, la colorada corbata del cliente...  "Fanatismo", pensó. ¿Qué pena le dieron a su cliente? 15 años de prisión. Doméstica, al menos. Por estar cansado del fanatismo lo dejó. Luego de un tiempo ya se habrá acostumbrado a regar las plantas del jardín.

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