Cap 4-•Flores nuevas de primavera

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¿Recuerdas cuando te regale esa bufanda que tanto te gusta?
Tal vez no, pero yo guardo ese recuerdo como uno muy hermoso, tu cara llena de felicidad, a pesar del reproche por habértelo dado luego del invierno, igual vi tu emoción y eso es lo que me hizo feliz a mi.

La primavera era hermosa, mi estación del año favorita, y al parecer la tuya también, tomando fotos de aquí para allá, con tus ojos brillantes y curiosos, amaba verte así...
...
Tuvimos una discusión, no recuerdo el porque pero después de una semana decidimos ir a una cafetería para resolver el tema.

Apenas nos sentamos no sabíamos como empezar, una bruma de silencio nos aguardó y solo esperábamos impacientes nuestro pedido.

Mas de un momento a otro te levantaste de la silla, al igual que un estruendo, y te fuiste del lugar, me alteré y fui tras de ti, corriendo preocupado, quería una explicación el porque actitud tan distante, pero también volver a tener la sensación de tenerte conmigo, por más egoísta que suene, los sentimientos del extrañarte me abrumaban.

Cuando te diste cuenta que seguía tu rastro, aceleraste el paso, para cuando me di cuenta estabas corriendo en plena calle transitada, los sonidos de los claxon y las luces segantes, advirtiendo algo inminente, mientras te veía inmóvil, y como última reacción mía, lo único que pude hacer es empujarte y salvarte... 

Antes de quedarme inconsistente lo último que vi fue tu rostro llorando desconsoladamente, quisiera abrazarte y limpiar tus mejillas en ese momento y decirte "estoy bien", aunque no lo estuviera realmente.

       ..._...

Por mi culpa... 

Por mi culpa estas aquí, en el hospital, por mi culpa todo esto está pasando, si tal vez no hubiera sido tan distante, tan... cobarde, tal vez... y solo tal vez, las cosas serían diferentes.

Pero ahora ya no existe un 'tal vez'

Los médicos habían dicho que habías quedado en un coma temporal, que pronto despertarías, que tonto fui al creerlo, empezaba a perder las esperanzas de que, algún día, vuelva a ver tus hermosos ojos, tan azules como el cielo hasta extrañaba ese arete que siempre llevabas por más ridículo que fuera, era lo que caracterizaba a Minamoto Kou, a ti, a mi sol, aquel que me iluminaba los días, pero ahora tu no los veras, no habrá un sol, ¿Qué hace un mundo sin su sol? ¿Qué hago yo sin mi sol? Si algún día despertaras te diría lo que guardo hace mucho tiempo, porque ya no quiero perder más oportunidades, no quiero perderte a ti, Kou.
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Pasaron días, semanas, y para ser algo más exactos han pasado 3 meses aproximadamente; yo te iba a visitar todos los días hasta que en un momento simplemente, como una estrella cual combustible se ha desvanecido, dejaste de respirar, dejaste este mundo, a tu familia, a tus amigos...

Me dejaste a mi...

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