God's Test • MarkHyuck [Trad.]

Prueba III: La caída [Final]

Advertencia: Contenido explicito, por favor no comenten cosas extrañas u ofensivas, de lo contrario el usuario será bloqueado. 

"Rara vez estás en casa, ¿verdad?"

Mark oye que Donghyuck le pregunta a sus espaldas mientras está de pie cerca del fregadero de la cocina, con los brazos espumosos casi hasta los codos. Sus hombros se tensan ante la pregunta por un momento, pero se limita a girar la cabeza hacia Donghyuck tratando de mantener una fachada de calma.

"Sólo tenía cosas que hacer en la iglesia", responde. Lo cual es casi cierto porque las "cosas" podrían haberse hecho en otro momento. Volvió a salir por la mañana temprano y no regresó hasta la hora de la cena, habiendo preparado algo de comida para que Donghyuck se alimentara durante el día. De alguna manera, Mark se encontró agitado en su propia casa, pero no es que no supiera la razón de ello.

"Mmh, vale. creía que intentabas evitarme", dice Donghyuck con una sonrisa en la voz y se acerca a Mark para ponerse a su lado.

"¿Por qué iba a hacerlo?", responde Mark con sencillez, dirigiendo a Donghyuck una breve mirada de soslayo antes de volver a centrar su atención en los platos.

Donghyuck vuelve a encogerse de hombros y continúa.

"Creo que me sentiré lo suficientemente bien mañana, así que me iré y...." dice Donghyuck acercándose un paso, y Mark no puede evitar sobresaltarse. "He pensado que debería agradecerte de alguna manera todo lo que has hecho por mí", el demonio le sonríe, con los ojos entrecerrados mientras apoya la cadera en el cajón de la cocina. "¿Quizás te gustaría experimentar el placer del sexo con una súcubo?", dice Donghyuck en voz más baja. Su mano se extiende para acariciar la mejilla de Mark con el dorso de la palma, haciendo que la respiración de Mark se atasque en sus pulmones. pero antes de que Mark pueda decir un firme "No, no lo haría", los ojos de Donghyuck se abren de par en par con una extraña excitación, y su sonrisa se vuelve diabólica. "Tu piel no me está quemando".

Mark le lanza una mirada confusa antes de darse cuenta, y su corazón se hunde en el estómago como un trozo de piedra.

Se tambalea unos pasos hacia atrás, olvidando cerrar el agua y murmurando algunos sonidos incoherentes en un intento de producir una excusa o una explicación. Donghyuck no parece necesitar ninguna de las dos cosas, ya que su sonrisa se hace más amplia y sus ojos brillan con llamas rojas.

"¿Has estado pensando en cosas sucias, sacerdote? ¿O tal vez has estado pensando en mí?", se ríe Donghyuck, dando unos pasos hacia delante.

Mark se estremece mientras su espalda se aprieta contra la pared, su cuerpo se siente a la vez petrificado y en llamas ante el miedo y la loca excitación que lo inundan cuando Donghyuck deja menos de veinte centímetros entre ellos.

"N-no, yo-no-"

"Dime con qué has fantaseado y lo haré", dice Donghyuck en un sensual susurro, "¿Quieres que te la chupe? o ¿quieres follarme? puedo montarte también, Mark, que te sentirás mejor que en el paraíso".

Las palabras de Donghyuck suenan tan claras como si Mark las escuchara dentro de su cabeza. Su cuerpo reacciona patéticamente rápido, su boca se seca, su polla se agita en sus pantalones, y Mark siente que jadea ante toda la desesperación e impotencia que lo destrozan.

"Sólo di una palabra, y haré todo lo que quieras", le sonríe Donghyuck, y Mark, tomando su valor con ambas manos, se lanza hacia adelante.

"¡Vete!" grita y empuja a Donghyuck con toda la fuerza que tiene en sus debilitadas manos.