𝑫𝒐𝒎𝒊𝒏𝒈𝒐
Louis llevaba media hora acostado en su cama sin hacer nada.
El cansancio se había adueñado de su mente desde ayer y su cuerpo se sentía agotado.
No existía una razón aparente para que el ojiazul se sintiera así, sin embargo, él que llevaba años con ese sentimiento que aparecía cada vez que salía, sabía que se debía a que toda su energía se había esfumado al salir por un simple café.
Por el momento lo único que deseaba era quedarse encerrado en su cuarto el resto del día, sin ver a nadie y sin gastar sus pocas fuerzas hablando con alguien.
Necesitaba descansar y pensar.
Pero esa no era una opción para Louis.
Mark tocó la puerta y seguidamente de hacerlo, giro la perilla para entrar a la habitación.
-Buenos días, necesito que vayas por otro café, lo pides igual que ayer- ordenó- un café grande con leche entera y sin azúcar- recitó mientras ponía un billete en el escritorio del ojiazul.
Le respondió un "Aja" y con eso el mayor salió del cuarto para dejar a un Louis estresado y cansado.
Tuvo que repetir la misma rutina del día anterior, vestirse mientras combatía con sus pensamientos y salir de la casa molestó por la ignorancia de su padre.
Iba caminando con la idea de que ya lo había hecho ayer, debía estar tranquilo y no pensar.
Pero entre las miles de ideas que estaban volando como nubes en su cabeza una de ellas llamó su atención.
"Harry"
Su nombre desató el caos en su mente como un huracán que arrasa con todo a su paso.
El chico le había dicho un cumplido, él se sonrojó y por si no fuera suficiente había huido del lugar como un cobarde antisocial.
Y eso era, pero por lo normal esas cosas no le pasaban y mucho menos volvía a hablar con las mismas personas, ya que casi no salía.
Pero ya estaba frente al local y estaba tentado en irse, en decirle a su padre que se encontraba cerrada la cafetería, por más que la idea lo tentara por completo, su padre era tan desconfiado que era capaz de comprobar si era verdad y lo regañaría, se volvería peor y de todas formas lo obligaría a entrar.
Así que se aferró a un valor que no existía y abrió la puerta haciendo que la campanita sonara, pero hizo caso omiso a las personas que podían o no estarlo viendo y se dirigió a la caja directamente.
Para su mala suerte lo recibieron unos ojos verdes iguales o más brillosos que ayer acompañados de una sonrisa de labios sellados y unos hoyuelos casi imperceptibles.
—Buenos días, Louis—saludó con una sonrisa extendiéndose por su rostro.
Un sonrojo recorrió las mejillas del castaño al instante en el que vio aquellos ojos verdosos que lo observaban con mucha confianza.
—Buenos días—dijo con la voz ligeramente aguda.
—¿Qué deseas hoy?—preguntó en tono burlón mientras hacía una reverencia que logró sacarle una sonrisa a Louis.
Bingo,pensó Harry.
—Un café grande, con leche entera, sin azúcar, por favor—pidió omitiendo su nombre al saber que el rizado parecía recordarlo.
—Tus deseos son mis órdenes- dijo mientras alzaba las cejas y volteaba su rostro ligeramente—solo espera aquí un segundo—agrego al mismo tiempo que daba media vuelta para ir a las máquinas.
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𝐏𝐚𝐧𝐢𝐜, 𝐧𝐞𝐫𝐯𝐞𝐬 𝐚𝐧𝐝 𝐛𝐥𝐮𝐬𝐡𝐞𝐬 || 𝐋𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐒𝐭𝐲𝐥𝐢𝐧𝐬𝐨𝐧
Fanfic𝐓𝐫𝐚𝐬𝐭𝐨𝐫𝐧𝐨 𝐝𝐞 𝐀𝐧𝐬𝐢𝐞𝐝𝐚𝐝 𝐒𝐨𝐜𝐢𝐚𝐥 ¿𝑷𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆́ 𝒍𝒂𝒔 𝒑𝒆𝒓𝒔𝒐𝒏𝒂𝒔 𝒊𝒏𝒗𝒂𝒍𝒊𝒅𝒂𝒏 𝒕𝒂𝒏𝒕𝒐 𝒍𝒂 𝒂𝒏𝒔𝒊𝒆𝒅𝒂𝒅 𝒔𝒐𝒄𝒊𝒂𝒍? ¿𝑷𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆́ 𝒆𝒍 𝒑𝒂𝒑𝒂́ 𝒅𝒆 𝑳𝒐𝒖𝒊𝒔 𝒏𝒐 𝒍𝒐 𝒆𝒏𝒕𝒊𝒆𝒏𝒅𝒆? ¿𝑷𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆...