El invierno siempre parece remarcar cada sombra en las personas de las calles que suele recorrer Yoarashi cada noche sin falta. Pero nada podría compararse con la mirada tan gélida que había en los ojos de Shoto.
Historia de mi propiedad. Los person...
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Si la conversación que ahora mismo estaba ocurriendo en frente de él podía sonar totalmente animada, es totalmente gracias a Utsushimi. Quién no dejaba de contarle a Seiji sin descanso alguno sobre lo que le sucedió ayer mientras regresaba de clases.
Con lo poco que oyó Inasa realmente no era nada malo más que una situación incómoda con un vendedor de un establecimiento. Seiji se veía abrumado de tanta información repentina, pero aún así hacía su esfuerzo en oírla atentamente.
En cambio Inasa, no dejaba de revisar su celular esperando una respuesta de su madre con respecto a su hermana menor. Afortunadamente ayer no le sucedió nada grave, solamente una tos algo intensa que se prolongó hasta altas horas de la noche.
Inasa casi no durmió porque Azami decidió ir a dormir con él. Y luego se le unieron Mayuka y Mafuyu. No supo explicar si fué el frío o mero capricho de sus hermanos de querer dormir todos juntos en su pequeña cama.
No durmió correctamente, pero pudo compensarse con la satisfacción de que sus menores sí lo hicieron; Lo supo cuándo al levantarse para ayudarlos a prepararse para sus clases, se veían totalmente llenos de energía y bromistas cómo siempre eran entre sí.
Un recuerdo que le sacó una sonrisa a Inasa. Definitivamente valió la pena.
No obstante, aún a pesar que recordar esa mañana le hacía calmar su ansiedad, el aún no tener respuesta del mensaje de texto de su madre le hacía una mezcla de sus emociones que le dejaba con el ceño fruncido. Ansiedad y frustración juntas bailando en su mente. Decidió bloquear su celular mientras cerraba sus ojos para pensar y aclarar sus ideas mejor. Tenía que mantener la calma, pensar de manera clara. Justo cómo haría su padre en cada situación que se le presentaría. Pero en medio de su mente, el sueño rozó levemente su cuerpo, y se vió en medio de una perdida de fuerza leve que casi le hacen caer en brazos de Morfeo de no ser porque el toque ajeno en su brazo le recordaban que no estaba en su cama, ni debería dormirse en ese momento.
–Es de muy mala educación dormir mientras hablo. ¿Así de aburrido estás? –La voz animada de Camie fue casi un energizante para su agotado y pesado cuerpo. Respondió solamente con una sonrisa levemente mientras se estiraba en su sitio– ¿Por qué estás tan cansado? ¿Estás bien?
–Lo estoy. –Reafirmó carraspeando levemente–. Solamente no dormí bien esta noche. Azami le dió resfriado con todo esto del invierno, y ella es asmática.
–Cielo santo. –Ambos pudieron notar la expresión preocupada y decaída que cubrió todo el rostro de la castaña. Y pudieron imaginar que de culpabilidad ante la idea de no haber preguntado antes. Y cómo si fuera algo automático, Inasa se sintió culpable por haber contagiado de forma innecesaria su preocupación a su mejor amiga. Casi podía palmear su cara con su palma en ese momento, pero optó por tomar los hombros ajenos con cuidado para tratar de reconfortarle levemente.
