Sabaneta 28 de julio 1964

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Tal día como éste comenzó el inicio de una maldición irrecorregible. Sería justo el décimo día del nombre de por aquel entonces un pequeño Hugo Chávez.

El pequeño Hugo se hallaba jugando con un bate de béisbol mientras a su vez veía a su vecino, Juan Hidalgo quien le traía un pedazo de torta en señal de regalo.

Chávez aceptó el pastel con mucho ánimo, mientras veía como su vecino le hablaba cómodamente del prestigio y el honor que había representado ayudar a derrocar a Marcos Perez Jimenez años atrás.
-Entonces entramos a la casa presidencial y cuando quisimos acordar Jiménez estaba en su helicóptero con millones de dólares que le robó al país-dijo el anciano

-Tiene su mérito-Chávez le veía con admiración- De seguro se fue a vivir su miserable vida a los Estados Unidos.

-Y que lo digas. Ojalá regrese para poder acabar con él yo mismo.

-Por cierto ¿de donde es éste pastel? Noto que sabe distinto a lo usual.

-ah eso. Es que la harina con que la hizo mi esposa es una harina importada de Estsdos Unidos.

La cara del pequeño se vio llena de un cólera avasallante, sus ojos mostraban rabia y su voz pasó de ser jovial a ronca y airosa.

-¿CÓMO MIERDA SE TE OCURRE DARME ALGO ASÍ?- Chávez le escupió a la cara el pastel a Juan- QUE MIERDA ME HAS DADO.  JA BASTANTE QUE TE QUEJAS DE LOS ESTADOS UNIDOS Y AHÍ ESTÁS CONSUMIENDO SUS COSAS-Chávez marcó un golpe en el ojo izquierdo de Juan, a lo cual éste reaccionó rápido. Con una maniobra dejó tendido en el piso al infante

-¿Qué te pasa idiota? Una cosa es odiar un gobierno otra es odiar al país. Detesto el sistema imperial de allá, pero nunca sus objetos y personas.

Tendido en el piso sin saber que hacer, Chávez estira su brazo y coge el bate de béisbol con el cual hace unos momentos jugaba. Logra darle con la punta del bate a Juan en las costillas y con horror emprende a correr al bosque del pueblo de Sabaneta.

Escucha a lo lejos como entre ramas, árboles y humedad el viejo corre tras de él maldiciendo y jurando matarle.

Luego de correr un par de minutos el pequeño Hugo subió a un árbol y se ocultó entre las hojas de los árboles. Mientras tanto en la base de los árboles estaba el viejo Juan, escupiendo sangre por el golpe reciente que había recibido en sus costillas.

-Maldito niño. Estás loco ¡DESGRACIADO! -El viejo pasó a soltar una bala con su pistola a los alrededores- En mis 70 años de vida ningún mocoso se había atrevido a hacer esto. Hmm, los gochos somos acusados de brutos, y mira lo que me ha pasado por estar de bueno contigo cof cof- escupía pequeños charcos de sangre

Chávez ahora un poco más tranquilo y pensando como salir de dicha situación. Saltó del árbol y encaró al anciano Juan- Quizá me habré pasado y probablemente esto estaría  muy mal visto pero por favor perdone esto.

-Como sea. Ayúdame, saca mi teléfono del bolsillo y llama y a mi médico-Chávez sacó con apuro el movil- está marcado como doctor Smith.

-Ese doctor es...

- Mi médico de confianza, llamalo ya, ¡Rápido!

-No, no, no, su doctor es un yankee de mierda. Por depender de esas personas no progresa Venezula y ya.

El anciano Juan golpeó a Chávez con el cañón de su pistola y cogió el móvil. Se dispuso a marcar pero Chavez fue más rápido. Con mucha fuerza le dio con una piedra en la frente al ya moribundo Juan.

-Eres un demonio-el anciano lloraba y se ahogaba en su sangre- ¡YO TE MALDIGO! Y TODO, AQUELLO QUE TOQUES QUEDARÁ MALDITO Y CONDENADO A LA MISERIA, TENDRÁS UNA MUERTE HORRIBLE.

-Si el diablo se opone se lo ponemos en las costillas- contestó calmadado Chávez. Girando y dejando ahí tendido en medio de la nada el cadáver de aquel anciano.

Quizá estas acciones cambiarían inevitablemente el futuro de millones de personas.

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⏰ Última actualización: Jan 29, 2022 ⏰

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