Hay una soga en mi cuello y tiene tu nombre, unas esposas de papel que no se rompen, hay una carta que te escribí que ninca se leera, una sonrisa en mi cara que ya no volverá.
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Hay una soga en mi cuello y tiene tu nombre, unas esposas de papel que no se rompen, hay una carta que te escribí que ninca se leera, una sonrisa en mi cara que ya no volverá.