Ernesto Molina.
Doy una última calada a mi cigarrillo antes de apagarlo en la piel de mi víctima. Una chica de tez morena, cabello castaño oscuro, ojos negros, labios gruesos y figura menuda. Es lo más parecido que pude encontrar a mi dulce obsesión «Hazel Miller» la diferencia entre la mujer que tengo frente y la que quiero es del ancho del Pacífico. Por más que busque a alguien que se le asemeje, nadie le llega a los talones.- Por favor - implora por piedad. - déjeme ir, perdóneme la vida. - ruega cosas en vano, no la liberaré. No tengo lo que deseo, y no reacciono de buena manera ante la frustración que implica no ser su dueño. La única manera de apagar mi ira, es hacerle a una criatura parecida, lo que me gustaría hacerle a ella. Me lanzo sobre mi presa, acorralándola contra el suelo y mi pecho. Grita y patalea, forcejea en vano, pues tiene está atada de manos y pies. La obligo a quedar de cara a las baldosas y rasgo su vestido, dejando expuesto lo que quiero ver. Desabrocho mi cinturón y dejo que mis pantalones caigan, sujeto el tallo de mi miembro y me introduzco en ella de una sola estocada. La cría llora desconsolada, suplica que me detenga, pero no le doy tregua a su canal, penetrándola desenfrenadamente. La sujeto y tiro del pelo, y cierro los ojos imaginando que a quien me estoy cogiendo duro es a Hazel, algún día lo haré, definitivamente la voy a poseer, por las buenas o por las malas. No puede importarme menos el hecho de que haya asesinado al hombre que me concibió, ella cree que la estoy cazando para vengarme, no tiene ni idea del favor que me hizo quitándolo de mi camino, así como no imagina que la quiero toda para mí desde el día en que la vi bailando semidesnuda en ese antro de prostitutas donde le dio baja a Pablo, tan seductora, arrebatadora, luciendo como la diosa del placer carnal «Joder» recuerdo cuando cruzamos miradas, como esos ojos me reparaban con perversión, y solo eso basta para que se desencadene un derrame largo e intenso. Me quedo viendo al vacío como un idiota cuando termino dentro de mi víctima, la cual llora y se abraza a sí misma como gatito asustado. Me incorporo y me coloco los pantalones, para abandonar el lugar que alberga tan deprimente escena.
- Hagan lo que quieran con ella. - aviso al salir y lo último que veo antes de marcharme a mi despacho, es a dos de mis hombres encerrándose en la habitación con ella.
●▬▬▬▬▬{♣}▬▬▬▬▬●
La ira se apodera de cada célula de mi cuerpo. Estoy rodeado de incompetentes. No puedo creer que le resulte tan fácil joderme ¿Cómo demonios lo hace? ¡¿Qué cojones ha hecho para hacer estallar dos laboratorios de metanfetamina y escribir un mensaje utilizando los cadáveres de veintidós de mis hombres?! ''Muerte a los Molina'' ¡Un muerto por cada maldita letra y seis por las «M»! Solo han pasado unas setenta y dos horas desde que los ataqué y ya me ha devuelto el favor con semejante golpe.
- ¿Cómo ha pasado esto? - pregunto intentando mantener la calma.
- Las imágenes que no se han perdido muestran a un escuadrón de al menos cincuenta hombres armados hasta la médula. Encontraron la manera de acceder al interior del recinto, masacraron a los noventa y cinco hombres que se encontraban allí, no dejaron con vida a ninguno de los científicos que fabricaban el trihíbrido de metanfetamina, cocaína y heroína. Mientras una mitad del grupo atacaba con todo, la otra montaba guardia a las afueras del lugar. El enemigo no tuvo ni una sola baja durante el ataque. Como resultado perdimos meses de investigación y experimentos para la creación de la nueva droga, además del personal especializado.
- ¿Todo esto ocurrió en el laboratorio de Huamantla? - inquiero ardiendo de rabia.
- Sí, señor.
ESTÁS LEYENDO
Empire [En edición]
Ngẫu nhiên♣️Dos mafias, mil tentaciones, una obsesión♣️ Muchos se preguntan cómo llegué hasta donde estoy ahora. ¿Cómo fui capaz de mover viento y marea a mi favor cuando el universo mismo estaba en mi contra? ¿Cómo pase de ser la hija de una prostituta a la...