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Sabes... las heridas duelen, los golpes igual, pero ese dolor no se compara al de ver a alguien importante para ti morir y convertirse en recuerdos.
Estoy seguro de que lo entiendes, realmente no tengo dudas al respecto. Nadie en este mundo se a exonerado del dolor de la perdida. Ambos perdimos personas queridas e importantes, una de ellas la tenemos en común, era un amigo, compañero y hermano. Era parte de la gran familia a la que por tres años pertenecemos.
He perdido varias personas en mi corta vida, pero te aseguro que no espere que formarás parte de aquellos que una vez estuvieron a mi lado.
La cama fría desde tu partida es un recordatorio constante de que ya no estás y qué por mucho que lo desee no regresaras. Tu recuerdo me hace trizas, el vacío que causa me hace sentir desolado.
Quisiera poder volver a ver tu hermosa sonrisa, tus características pecas que te hacían ver adorable. Quisiera poder ver de nuevo tu fuerza y felicidad cuando combatías contra alguien. Quiero verte de nuevo.
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Ha pasado tiempo desde que te fuiste, desde el último momento que te vi. Desde aquel fatídico día donde mi fuerza y la de todos lo que amábamos no fue suficiente para salvarte.
No pude hacer nada para evitar tu muerte, luche lo mejor que pude para traerte de regreso al barco que considerabas un hogar. Pero siento que realmente no di todo de mi, aún cuando puedo recordar el cómo nuestros hermanos hacían lo posible para que no me levantará de nuevo, querían evitar que por el cansancio y mi imprudencia perdiera la vida.
Aún así, recuerdo seguir luchando. No hubiese descansado hasta no tenerte entre mis brazos, para abrazarte tanto hasta recuperar el tiempo en el que no estuvimos juntos.
Es doloroso recordar lo que sucedió aquel día, sobre todo por qué estuve junto a ti en el momento que dabas tus últimos alientos y tus últimas palabras en brazos de tu pequeño hermano.
Cuando fuiste atravesado por aquel puño de magma todo mi mundo se vino abajo. Las lágrimas que contuve desde que te vi encadenado en el patíbulo me traicionaron. Las lágrimas corrieron libres por mi rostro lleno de pánico.
