hanahaki.

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la luz de la luna se veía con una clara oscuridad. ella se cernía sobre su piel prolija a punto de fallecer. 

los pétalos de cerezo parecían bailar una triste sinfonía y los parpadeos lentos que daba chan, avivaban su panorama. 

chan se movía como si el viento le llevase a su merced, y el tacto era tan cálido, tanto que imaginaba sus dedos sobre su piel y su boca sobre sus labios.  

era de noche, muy de noche. la primavera había florecido como otras tantas, pero, para chan, ésta se sentía diferente. la sentía como un beso de la muerte; casi podía ver a su verdugo asomarse en la oscuridad, y su presencia era tan fuerte e imponente, que le hacía temblar.  

aunque la parca se asomase a verle y él lo supiera, su vista no se despegaba de la luna, cuya luz se cernía sobre su piel dándole un aspecto bastante enfermo. era como si su piel se pintara de un azul cadavérico y sus pómulos se hundieran en la sombra dañina de su piel; hacía frío. de repente se sintió un fresco bastante aterrador, como una caricia congelada de quién sabe qué deidad de la muerte, quizás.  

chan bajó la mirada poco después, se había centrado en el césped oscuro bajo sus pies antes de suspirar cual cansado peregrino en un sendero sin fin. su aliento se sintió tan pesado sobre sus labios al pasar, y ese pesar se instaló en su pecho como si el oxígeno a su alrededor le hubiera golpeado con fuerza en el esternón. chan cerró los ojos también, había comprendido varias cosas en ese momento, tantas, pero no de una manera tan profunda como el vacío en su corazón. un hueco que dolía demasiado como si un espinal comenzara a crecer entre sus costillas como si fuera una enredadera.  

y aunque él supiera el triste destino que le seguiría en unos días, no podía dejar de pensar en si había una posibilidad, puesto que, ¿cómo es posible que la vida fuera tan cruel? si desde pequeño le habían enseñado que existía un dios, y que ese dios era tan bueno. pero no lo parecía tanto, ya que alguien tan bueno, como decían que dios era, no permitiría que alguien como su amigo, minho, se marchara del mundo de una manera tan cruel y lleno de sufrimiento. 

"amigo". la palabra dolía. dolía como el fuego eterno del infierno. 

lee minho y bang chan eran amigos, amigos de toda la vida. habían crecido juntos, se conocieron en el jardín de niños y sus madres supieron conectar al instante. el jovencito, un año menor que él, era su mejor amigo; siempre estaba repitiéndole aquello como si fuera el canto de un gallo cada amanecer. pero chan, cada amanecer, se sentía más débil, tanto como minho se sentía desde que su enfermedad se manifestó de una manera agresiva en él.

cuando chan se enteró de que minho padecía sida, su corazón se rompió. lo primero que pensó fue que lo perdería, y lo segundo, que había sido tan descuidado de no usar protección a la hora de tener relaciones con alguna chica y se enfadó. aunque luego, cuando tuvo su primer desmayo, se enfadó mucho más y los celos lo consumieron. lo consumieron como si fuera papel en medio del fuego, ya que chan estaba enamorado de él y sabía que nadie quería a minho como él lo hacía, aunque nunca se atrevió a confesarle sus sentimientos por temor a ser rechazado, o peor, discriminado por su mejor amigo y amor, ya que minho era heterosexual. 

se había dado cuenta de cada uno de sus actos egoístas y de sus reacciones como si minho en verdad tuviera que quererlo a él a la fuerza porque siempre había estado para él, pero el muchacho no lo sabía, además, nunca se había enterado de que era gay –o al menos aquello era lo que chan pensaba–. pero incluso si sabía que estaba errado, se había negado a aceptar su error. 

¿por qué? aquella pregunta rondaba su cabeza todos los días, aún ahora, mientras sus ojos se cristalizaron como consecuencia de las lágrimas y su garganta se hacía un nudo en el medio, como si quisiera vomitar su corazón (aunque ganas no le faltaban, ojalá pudiera dejar de amar a minho para pasar sus últimos momentos sin amarlo a morir y padecer con él cuando diera su último suspiro). 

𝗵𝗮𝗻𝗮𝗵𝗮𝗸𝗶,  𝖻𝖺𝗇𝗀𝗂𝗇𝗁𝗈.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora