Nayeon no sabía como podía estar aquí después de todo, tocando su puerta nuevamente, cerrando los ojos brevemente a la oleada de recuerdos que invadieron su mente sin pedir permiso. Una rafaga de calor recorrió su columna, tan solo para terminar en un frío que le erizo la piel y le hizo sudar las manos.
Parecía hasta excusa para verla, pero si pensaba superar su relación, tenía que venir a buscar lo último que quedaba atrapado en este apartamento. El mismo en el que vivió los mejores años. Memorizar los recuerdos aún dolía, pero no tanto como al comienzo.
Estaba siendo adulta, ella creía. Solo venía a buscar la tonta bufanda que se olvidó la noche de su pelea, donde se escapó del problema sin mirar atrás. "Es tu culpa que las cosas terminarán así" escucho la molesta voz en su cabeza nuevamente, esa misma que le susurró lo mismo durante meses.
No quedó más tiempo para pensamientos, la puerta se abrió lentamente y su respiración se atascó en su garganta.
No pensaba verla tan pronto, no pensaba verla en lo absoluto en mucho tiempo. Su corazón dolía de solo pensar en volver a ver el par de ojos que durante años la miraron con todo el amor que pudieron recoger para ella, volver a mirar el rostro que tanto amo y por el que se arriesgo tantas veces. Una vez más lo estaba haciendo.
Jihyo quedó paralizada en el marco de su puerta luego de levantar la vista, saliendo con su ropa formal y sin una pizca de maquillaje, pensando que era cualquier persona menos ella. Se hubiera arreglado mejor si lo hubiera sabido, porque Nayeon se veía tan perfecta como ella la recordaba.
Todo era tan repentino que ninguna pensó en absolutamente nada. Jihyo tomada por sorpresa, Nayeon ni siquiera recuerda cuando sus pies se movieron hasta quedar frente a la puerta, la que prometió no volver a tocar.
"Hey."
El susurró casi hace que Nayeon cierre los ojos, su voz sonaba peligrosa y tan tranquila para ella ahora. Se sentía como si estuviera en la boca del lobo pero tan segura de que quería que la comieran ahora mismo. Era así como siempre la hizo sentir.
La voz de Jihyo sonó tan rota que por un momento pensó en correr lejos de esto, de sus errores y de la persona que tenía en frente.
"Hey." Sus manos se juntaron y jugó con sus dedos tímidamente, se notaba a kilómetros lo nerviosa que estaba.
Ella no planeó esto.
"Solo vine a buscar algo que me olvidé, es lo único que queda de mi aquí."
Las palabras casi tenían un doble sentido, como si ignorará el hecho que para Jihyo ella seguía marcada en cada rincón. Como si todavía no escuchará su voz cada mañana, como si no recordará cada momento que vivieron ahi, como si Jihyo pudiera ignorar el fantasma de Nayeon atrapado en su apartamento.
"La bufanda."
Nayeon por fin levantó la vista de sus dedos, mirando casi con terror a Jihyo que la miraba con sus suplicantes ojos, tanta tristeza enmarcandolos.
Nuevamente Nayeon quiso correr.
"Sí, la bufanda."
Jihyo podía sentir que se le apretaba el pecho, que sus manos temblaban y su voz fallaba. Sabía que significaba esto, sabía que era lo único atrapado de Nayeon aquí, que cuando se despida de la única cosa que le recordaba su pasado, se iría para siempre. Tal vez Jihyo no quería que se fuera. Quería que ese fantasma y esa tonta bufanda quedarán atrapados, al menos poder sentir a Nayeon de alguna forma.
"Pasa, esta en el living."
De alguna forma el cuerpo de Jihyo proceso rápido la información y algo en el fondo de su mente le dijo que tenía una oportunidad, al menos de aclarar las cosas. Una pelea tan tonta que se pudo evitar rápidamente, que pudo arreglarse. Las rompió tanto, los pedazos de su relación tirados en el viejo piso de su apartamento, sin poder recogerlos ella misma. Necesitaba a Nayeon a su lado, no solo para esto, para todo.
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scarf - nahyo
FanfictionNayeon vuelve al viejo departamento de Jihyo para buscar su tonta bufanda.