Me...

672 59 0
                                    

Miya y T/N se fueron a casa después de estar en S. Pero antes de que T/N entrara a casa, Miya le dijo:

—Oye, T/N. ¿Mañana te gustaría acompañarme a un lugar?

—Claro, ¿por qué no?

Al día siguiente T/N se estaba alistando para ir con Miya, se peinó y se puso una playera holgada con mangas cortas y unos pantalones cortos.

Salió, se dirigió al parque y se encontró con Miya.

—Sígueme. —dijo Miya.

Llegaron a un lugar muy grande.

—Aquí es donde entreno, bueno, me entrenan.—dijo Miya.

T/N hizo un gesto de asombro al ver ese lugar.

—Ven, puedes sentarte aquí. Ya vuelvo. —dijo Miya.

T/N se sentó en unas gradas y vió a Miya patinar, profesionalmente.

Le hicieron unas entrevistas y siguió patinando mientras T/N lo veía muy sorprendida por los trucos que Miya hacía.

Se cayó pero siguió patinando. Esta vez no mostraba una sonrisa falsa, se veía feliz.

T/N lo veía fijamente hasta que notó a unos tipos que estaban susurrando a oídos mientras veían a Miya con una cara de enojo.

Después de salir, T/N le dijo tímidamente a Miya:

—Haces trucos geniales, me gusta mucho tu forma de patinar.

—Gracias, T/N. Me alegra mucho saber que no te aburriste.

—…Miya. -dijo T/N.

—¿Sí?

—…Me…me…olvídalo. —T/N quería confesarle a Miya lo que sentía por él, pero no pudo, sentía que tal vez no era el momento ideal todavía.

"¡T/N! ¡Tonta, tonta, tonta! ¡¿Por qué no le puedes decir lo que sientes?! Ay, no es posible" pensaba T/N fingiendo una sonrisa, pero más que una sonrisa parecía una mueca de incomodidad.

...Y luego llegaste tú  ✓ CompletaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora