Conociéndolos. Parte 1 (Christopher White).

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La ganadería y la agricultura de montaña eran las principales fuentes de sustento para las familias en el pequeño pueblo de "Lost Spring", hasta la llegada de la ferrería "železarnica" que cambio totalmente la vida y la economía del valle, ya que con ella surgió una importante industria basada en la minería y en la siderurgia. Aunque la producción siderúrgica fracaso debido a la gran cantidad de carbón encontrado pero no de metal. Subsistió la industria minera que se desarrollo con gran rapidez y enorme rentabilidad.

Sobre las 5:00 PM, con el aire que arremetía en el follaje y un calor abrazador con una temperatura de 42°,  se hallaba el señor Christopher White a una profundidad de 1,340 metros. Trabajaba en una de las 9 minas de las que se halla dotado "Lost Springs". Se encargaba principalmente de picar carbón, aunque esta no fue siempre su labor, había empezado a los 14 años como ramplero (se encarga de sacar el carbón picado). En ese entonces la ley solo se les permitía a los trabajadores estar 3 días dentro de la mina y 3 días fuera en la calle, esto se debía a la aspiración por polvo de Carbón que llevaban a una muerte lenta y agonizante. 

-Quiero darle una sorpresa a mi querida Amanda-dijo el señor White uno de sus compañeros no solo de la mina sino de la infancia, mr. Robert.

-¿Que tienes en mente?-contesto este ultimo sin dejar de descargar su fuerza en aquellas enormes estructuras de carbón.

-¿Recuerdas al viejo Jekyll?-dijo White que se hallaba comiendo sobre una de los enormes  minerales en su hora de descanso.

-Si claro, es el viejo ganadero que alimenta y cuida de las mulas que llevan el carbón de mina a mina, ¿Qué con el?-Dijo Robert con cierta confusión.

-Su esposa que por cierto es autista, también tiene un extraordinario don para la costura y confección de vestidos. Todo esto me lo hizo saber mi esposa hace mas de 3 semanas, estoy haciendo como que el tema ya lo olvide pero realmente ya le pague al hombre para que su mujer le haga un vestido rojo a la mía.

-Cada día me convenzo de que hablas cada vez mas como una de ellas- dijo Robert entre risas. además, ¿Cómo fue que entablaste conversación con el?, es muy extraño y ni siquiera las mismas mulas querrían a alguien como el de compañía. 

-Pues veras, ¿recuerdas ese lunes que tuve problemas con la paga de mi sueldo?, bien, pues ese mismo día, en una de mis visitas a la finca del señor "James" (El jefe de la mina) para arreglar el asunto, en la parte de afuera me encontré a este peculiar amigo, ya que el jefe había tenido problemas con sus caballos y quería averiguar si el viejo ganadero podía controlar aquellos ceméntales, cosa que no pudo hacer. Fue entonces que recordé lo dicho por Amanda tan solo el día anterior, y me dispuse a preguntarle sin mas a este sujeto que accedió desde el primer momento que me dijo con palabras algo toscas-no hay problema amigo, solo deme lo que gastare yo en la materia prima y lo demás corre por nuestra cuenta- accedí y solo espero para que el día de mañana tenga listo el vestido.

-pues la verdad creo que será un buen regalo, si el vestido es tan hermoso como crees que será, me lo dices, también quiero darle algún obsequio a Odesa, no por nada en especifico sino que creo que le hacen falta algunos harapos nuevos- contesto mr. Robert con guiño de complicidad.

En ese momento empezó a gritar uno de los trabajadores a todo pulmón que el reloj ya marcaba la hora de salida, por lo que empezaba el siguiente turno.

En grupos de 16 trabajadores y por una reja que atreves de poleas jaladas por maquina, subían no solo el material carbónico, si no también los obreros que desempeñaban sus labores dentro de esta enorme mina que asemejaba la boca de un lobo hambriento, una vez llegado el momento de bajar de la reja, lo primero que veían los obreros seria el interior de una edificación grandísima, donde en puntos estratégicos tenían que dejar sus cascos y lamparas, con estas ultimas se dejaban cargando en unas especies de conectores extravagantes y solo con la entrega de estas, se les daba un gafete para así contabilizar a los obreros y saber si alguno quedaba abajo atrapado o por alguna otra cuestión.

Estaré aquí cuando despierten.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora