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No puedes escoger de quién enamorarte.
Puede pasar en cualquier momento o en cualquier sitio, puede ser de un artista, compañero, amigo, quizás hasta de un desconocido.
Como en el caso de nuestros protagonistas.
Tal vez no fue el mejor encuentro romántico, ya que ocurrió en un transporte público, pero fue muy especial para los dos.
Esa mañana Soobin había salido tarde de su hogar, y perdió el autobús que lo llevaba, por lo que decidió tomar el siguiente, no sabiendo que allí encontraría a un sexy Omega de vestimentas oscuras.
Kai llevaba una falda negra, con mallas del mismo color apresando sus largas y lindas piernas. Un holgado suéter también negro que tenía las palabras 'Sweet night' impresas en él... Parte de su cuello y manos tenían mallas que le daban un toque más sensual. Las hebras rubias estaban envueltas en una desordenada coleta, sus párpados maquillados con un rosa brillante, y las lechosas mejillas con una suave purpurina. Su nariz, orejas y parte superior e inferior de sus labios tenían piercings.
Se veía tan caliente.
Ese pensamiento hizo al pelirosa ruborizarse y apartar la vista, pues sentía cierta parte de su cuerpo haciendo el amago de endurecerse.
"No debería pensar ésto de otro Omega" Pensó negando levemente con la cabeza, ignorando el hecho de que su lobo se removía mientras le pedía seguir observando al chico.
Su parada llegó y con ello se tuvo que levantar, atrayendo la atención de algunos de los demás pasajeros, quienes lo miraron de arriba a abajo.
Entre esas miradas estaba la del rubio.
Soobin vestía con un pantalón de mezclilla y una camisa a cuadros, su cabello de color rosa resaltaba mucho. En su cuello había un lindo collar negro, en su nariz descansaba un piercing blanco con un bonito diseño a piedritas, sus ojos bellamente claros y sus labios rojos parecidos a una cereza. Suave maquillaje repartido por su cara. Tenía unos cuantos anillos en los dedos de sus manos grandes con venas marcadas.
Bastante sexy.
Los Alfas y Betas que lo vieron relamieron sus labios al apreciarlo, mirándolo con descaro.
Mientras, un Omega sonreía al ver al otro, admirando la bonita belleza de ese desconocido. Kai también se levantó, obteniendo la mirada del de ojos claros, le sonrió un poco y avanzó a la salida del autobús, siendo seguido por unas cuatro personas. La puerta se abrió y todos salieron.
Soobin pudo observar de reojo al de falda acomodando dicha prenda y quitando polvo inexistente. Se sonrojó recordando sus anteriores pensamientos, y creyó que era su imaginación al ver cómo el Omega caminaba hacia él.
"Oh, no. Quizás notó que lo veía mucho, ¿Qué hago?" Se sobresaltó con temor en su lugar.
―¿Soobin-ssi? ― Habló una dulce voz que parecía el canto de un ángel. Feromonas suaves se sintieron, llenas de calma para no asustar aún más al pelirosa.
Espera, ahora que Soobin olía con mas detenimiento se dio cuenta de algo. Ese aroma le era conocido.
Té de manzana con un toquecito de caramelo.
―¿Me recuerda? ― Sonrió el mas bajo de estatura, y finalmente Choi lo recordó.
―¿Kai?.
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