Listos, expectantes, concentrados.
Solo esperamos la llegada del instructor. Es el inicio de una nueva carrera profesional. Digo nueva, porque esta especialización es prácticamente una nueva etapa de estudio.
Con su presencia, se dará comienzo a las jornadas prácticas y teóricas, lo que nos convertirán en los nuevos especialistas en cardiopatía.
Seremos la nueva élite en lo referente al tratamiento y las técnicas operatorias de las enfermedades de insuficiencias cardíacas. Después de titularnos, estaremos capacitados para laborar en cualquiera de los hospitales y clínicas donde requirieran de nuestros servicios.
Somos treinta médicos cirujanos, todos venidos de diferentes partes del país, repartidos en trece mujeres y diecisiete hombres. Cada uno busca cumplir su sueño, convertirnos en los nuevos especialistas en las cirugías coronarias.
Para lograr conseguir un cupo en un programa como este, se debe pasar por diferentes filtros.
El primero es el nivel académico.
Debido a la complejidad en la valoración de las pruebas y en el alto grado de dificultad en las calificaciones de los exámenes de ingreso, esto representa un verdadero reto a cualquier que aspire a especializarse en dicha cátedra.
El segundo es el tiempo. Es una modalidad presencial, tiene una duración de dos años, divididos en periodos semestrales.
El tercero, es el valor, porque en sí, es mucho más costosa que cualquier otra especialización.
Mi tiempo de trabajo está divido entre mi horario de labores por la mañana en un hospital de la red pública del sistema de salud y en la tarde, en unas de las más prestigiosas entidades clínicas de la ciudad.
Ahora tendré que renunciar a la primera, o sea a la que ejerzo como médico en el centro hospitalario. La otra no la desecho pues es con la que me solvento los gastos para mi estudio.
Siempre he vivido con mi Madre. Ella después del abandono de mi padre, nunca más le pasó por la mente volver a tener una relación de pareja. Se ha dedicado a trabajar como psicóloga en su propio consultorio y en mi crianza, haciendo el papel de Padre y Madre a la vez.
Cuando estamos listos para comenzar, ingresan dos personas desconocidas completamente para mí. Bueno, en realidad yo no tengo idea en realidad de quienes son, porque con algunos ya tienen un cierto trato de amistad.
El saludo es efusivo, en especial con la chica. Ella es recibida con afecto y con fingido respeto, porque a la mayoría, más que con amabilidad lo hacen con deseos prohibidos.
Nuestros ojos son una revelación.
Es una mañana fría, llueve, es un aguacero torrencial, el agua car a cantaros, parece que en el cielo han abrir los grifos de los lagos, para que se desborden encima de nosotros