welcome to Corea

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Mis ojos se cristalizan y los labios me tiemblan conforme vamos bajando del avión para entrar al aeropuerto, es una sensación inexplicable. 

Las lágrimas se agolpan en las esquinas de los ojos; y el nudo en mi garganta cada vez se hace más grande, Minerva a mi lado parece en el mismo estado de shock que el mío, me toma de la mano apretando fuertemente mis dedos en su palma… como si estuviera tratando de infringirse dolor para verificar que esté, no sea un sueño.

"Estamos aquí… estamos en corea"

y es difícil de creerlo… pero lo estamos porque las personas que van y vienen a nuestro costados de ojos rasgados y vestimenta alucinante como si fueran famosos, no pueden engañarnos.

—Creo que me va dar una taquicardia —llevándome la mano al pecho trató de calmar la emoción que me invade mientras caminábamos por el aeropuerto de Incheon, el hangul deslizándose por las paredes en señalizaciones y advertencias. Mi mente estaba trabajando horas extras traduciendo y poniendo en práctica —Al fin— los años estudiando el idioma.

Un tirón en mi mano me hace quejarme, y regresar abruptamente como resorte hacia atrás, mi almohada con forma de conejo cae al suelo, pero no puedo recogerlo a menos que Minerva suelte mi mano.

—Lu, realmente lo hicimos… ¡¿Estamos en Corea!? —me dice, parece estar en una especie de letargo, como petrificada, sus ojos brillan incluso más que los míos que sienten culpa por haber engañado a mi madre. Paso saliva, remojo mis labios antes de hablar.

—Puedes verlo por ti misma, ¿no?

Asiente. Aunque no luce muy convencida.

—Minerva, de cuanto es la probabilidad de que nos encontremos con los chicos ahora mismo.

—¿Ahora mismo? Eso sería imposible, por supuesto —. Saca su celular de la bolsa de mano y empieza a revisarlo, sus dedos deslizándose por la pantalla táctil —uhmm sip. Nada. —levanta la vista mirándome con el ceño fruncido. —¿Por qué lo preguntabas?

En último plano su confusión tuvo que ser suspendida abruptamente al vernos envueltas en una horda de gente que se movían hacia la puerta trasera del aeropuerto. ¿En qué momento había entrado tanta gente con cárteles y pósters?

Mi pobre almohada había pasado a mejor vida, ya que no pude recogerla.

Me sentía tan asustada que podía acuclillarme mientras pedía por mi madre y lloraba al mismo tiempo, pero no lo hice, porque había muchas personas que me veían.

—¡No sueltes mi mano Luna!

Grito Minerva por entre todo el ruido de las fans de Astro que era el grupo que arribaba al aeropuerto en ese momento según leí en las pancartas que las fans llevaban.

—Y por tonta te iba a soltar.

—¿Ya viste quienes son?

—Es astro… —grité, sintiéndome avergonzada al instante porque parecía que el tiempo se había detenido justo en ese instante y mi voz se sobrepuso por sobre todo el ruido que había en el lugar. Las mejillas se me pusieron calientes y rojas. Mis ojos se cruzaron con el muy musculoso Jin-Jin. Quien sonrió y siguió caminando.

—Mi vista se cruzó con la de Jin Jin —Jadeo. A nadie en particular ya que recién me di cuenta que Minerva ya no sostenía mi mano. Me quedé en ese lugar mirando a mi alrededor.

No podíamos perdernos en un aeropuerto ¿Verdad? 

Seguro cuando la gente se dispersara nos volveríamos a encontrar.

FANZONE © BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora