³⁸第三十八章 ཻུ۪۪⸙͎

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⚘.*ೃ─── 삼십팔 ───.

Los párpados parecían ser demasiado pesados como para poder levantarlos y permitirme el sentido de la vista, por lo que moví mis extremidades para hacerme una idea de lo que se me encontraba alrededor.

Blandito...

Una superficie suave y blanda era lo que llegué a detectar.

¿Una cama? ¿Un sofá?

Realmente no estaba del todo seguro si se trataba de Goguryeo o no.
Por aquella razón, abrí los ojos de golpe, provocando que la repentina luz penetrara mis pupilas, haciendo que éstas se dilataran.

M-Mierda . Maldije mientras me quedaba ciego durante unos segundos y esperando a recuperar lentamente la vista.

Mis ojos se encontraban sensibles.
Aquella sensación la tuve al despertar del coma. Como si no hubiera despertado desde hace tiempo.

Después de unos cuantos segundos finalmente pude observar mis alrededores.

Aquello ocasionó que el oxígeno desapareciera de la faz de la tierra y que un sinfín de preguntas llenaran mi cabeza.

Uno.

¡Ésto no es Goguryeo!

Yacía sobre una camilla en una blanca habitación. Las cortinas del mismo color dejaban entrar una gran cantidad de luz, haciendo que el lugar se iluminara al cien por ciento.

Dos.

¡¿Por qué estoy aquí?!

Se supone que debería haber viajado en otra época y no haberme quedado en la misma.

Tres.

¡¿¡¿Quién mierda es éste chico tomándome de la mano?!?!

Efectivamente se trataba de un extraño sentando en una de las sillas de la habitación.

Llevaba una sudadera sencilla de color negro. Su rostro se encontraba hundido en las blancas sábanas de la camilla y su corto pelo acariciaba mis manos, las cuales sostenía con delicadeza a su lado.

¿Quién eres...?

Intenté preguntar. Sin embargo, algo en mí no deseaba interrumpir su profundo sueño.

Su tacto era frágil, cálido, familiar...

La curiosidad al saber de quién se trataba no faltó.

Con ayuda de los dedos empujaba su cabeza a un lado de manera insegura y evitando despertarlo.

Mas era imposible dejar que al menos sus cejas se mostraran.

Este tipo...

¿Cómo es que su cabeza pesa tanto?

Aún así, no llegué a rendirme.

Tomé su cabeza y, con ambas manos, intenté voltearlo lentamente.

Sus cabellos dejaron de esconder sus oídos y me permitieron divisarlos.

ᴅʏɴᴀsᴛʏ➹ᵏᵒᵒᵏᵛDonde viven las historias. Descúbrelo ahora