thunderstorm night

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¿¡hijo estas en casa!?
Podía escuchar los estridentes golpes causados por los pasos de mi padre
acercarse por el pasillo hasta llegar al umbral de mi habitación, esconderme
sería una tontería pues después de todos estos años e aprendido a aceptar mi
destino i recibir los golpes que anunciaban su llegada.
Llegue esta vez al instituto con un labio roto y diferentes moratones a lo largo
de mi flaco cuerpo, profesores y alumnos me consideraban peligroso al pensar
que todos estos traumatismos se debían a peleas callejeras o cualquier otra
cosa que ellos relacionaran con peligroso.
El día estaba helado, una fría brisa procedente de la pequeña rendija de la
ventana anunciaba la llegada de una gran tempestad. Hacia unos años que las
risas y las burlas habían dejado de sonar a mi alrededor, pues como me decía
en aquel entonces: hay que hacerse de notar para sobrevivir si no ya puedes
darte por muerto.
Al llegar a casa me esperaba mama con una sopa caliente, i una cara
gratamente preocupada detrás estaba mi pequeño bichito Rouse, que corrió a
mis brazos para que la cogiera ¿Cómo estas hermanita? Le pregunte dándole
un tierno beso en su moflete derecho. Cuando estaba con ella me volvía un
blando y eso era entre adorable y aterrador pues odiaba bajar mis barreras
hasta el punto de volverme vulnerable, Con su cabello caoba y ojos color
esmeralda pero que yo denominaba esperanza me relato con entusiasmo todas
sus hazañas del día.
Eran las cinco de la tarde, mañana tenía un examen de todas formas no le
daba mucha importancia porque a lo que seguía sin encontrarle explicación era
a como sacaba notas gratamente altas sin ni siquiera haberme esforzado, los
profesores tampoco se lo explicaban, ellos tenían dos hipótesis: o era un genio para esconder chuletas o realmente era un genio cosa que ellos descartaban por goleada.

Los estridentes ruidos de padre todavía no sonaban por la casa y eso que era
mas de la una de la madrugada, lo me empezaba a preocupar no por que algo le hubiera sucedido ( pues como habréis podido comprobar anteriormente la
suerte no es algo suela jugar a mi favor ) si no por que cuanto mas tarde llega, mas drogado va.

Si, mi padre es un adicto a las drogas por eso es que nunca he tratado de
consumir ninguna, es mas intento delatar a todos los comerciantes de esta
mortífera sustancia en mi instituto, el problema viene cuando me los encuentro
cara a cara como si fueran unos lobos sedientos de sangre fresca.

El tan aclamado silencio yacía por cada esquina de la casa, ya eran las tres de
la madrugada. Ese pesado silencio se rompió con los estridentes gritos de
hermana menor, mi corazón bombeaba gasolina mis ojos enrojecieron por la ira y mis flacas piernas corrieron a una velocidad que podrían atravesar cualquier pared que se les interpondría por el camino.

Lo primero que pude divisar era a
padre recubierto por recientes cortes y traumatismos, llegando a la cara unos
ojos fruto de la locura y de la heroína podrían ser perfectamente del psicópata
más temido de la enorme ciudad. Padre sostenía un cinturón, mientras
palabras innombrables salían disparadas hacia la pequeña Rous.

Me interpuse
entre ellos cubriendo a mi pequeño bicho con mi cuerpo tratando de evitar que
cualquier golpe le pudiera llegar a lastimar. Mama llego con un gran jarrón
entre sus manos que estallo contra la cabeza de padre. dejándolos ahí madre
me hizo una seña una que me enseño cuando era pequeño: cuando ella la
hiciera yo tendría que huir de allí i no volver jamás, entendí perfectamente la situación, cogí a Rous entre mis brazos con lagrimas en los ojos y mis intentos
de calmar a mi pequeña huimos de allí lo antes que pudimos.

El frio azotaba mis mejillas mientras que Rous dormía en mi pecho. Estaba
llegando a casa de James, un hermano con el que no compartía sangre pero si el alma, es en el único al que podría confiar a Rouse si algo me pasara a mi, puesto que sabía que con él, ella estaría a salvo.

Dejé a mi pequeño bicho en su casa y decidí ir a respirar aire fresco, en el cielo
las estrellas se ocultaban bajo un manto nuboso, truenos empezaban a darse
de notar mientras que a paso ligero decía devolverme a la casa con Rous.

Pero una vez llegada la tormenta no hay forma de hacerla retroceder. Me habíaalejado bastante las calles eran oscuras y solitarias el agua procedente de la tormenta tapaba cual ruido que probaba que allí había civilización.
Como si hubieran salido de la mismísima oscuridad 5 jóvenes con sed de venganza se dirigían a mi como si de perros tratasen, cuchillos empuñaban en sus manos les mire a los ojos intentando encontrar una misera pizca de piedad.
Un grito procedente de mi dañado cuerpo retumbo por cada esquina superando
así el ruido de la propia tormenta desvaneciéndome en la fría tierra que ahora dotaba en cada parte de mi ya sin vida cuerpo.
                               ….


¡¡¡¡Jughead!!!! Jughead!!!!! Grite a pleno pulmón, papa apareció rápidamente
con un bote de pastillas en la mano i una cara entre el cansancio i la
preocupación se sentó junto a mi y me explico como cada noche redactaba con paciencia que no tenía ningún hermano llamado jughead y que debía tomarme las pastillas para controlar la esquizofrenia.

Cosa que me daba a pensar: por que mi nombre era Rouse y que había
ocurrido en el anterior matrimonio de mi padre. Mientras tanto la vida volvía ser solitaria para mi.

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⏰ Última actualización: Jan 27, 2022 ⏰

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