Las palabras llegan a mis oídos pero no a mí cerebro. Una niebla lo cubre todo, mi visión, mis oídos mi corazón, mi esperanza. ¿Qué esperanza habita en una vida tan tormentosa y sola?
Mi vida es como una tormenta de la cual me caen rayos una y otra vez.
Es una tormenta, y en la tormenta nunca sale el sol.
En medio de la tormenta ningún paraguas me tapa, nada me cubre de la tormenta y la lluvia y rayos traspasan mi piel directamente hasta mi corazón.
