Forelsket

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Muchos creyeron o creen que la vida de un ladrón es emocionante y llena de obstáculos que mantienen a uno en constante adrenalina, temiendo ser atrapados en cualquier descuido por la policía o ser atacados por algun enemigo mientras se está en casa, aprovechando vulnerabilidad. Todo eso se ve potenciado cuando el lugar de residencia es solo un barrio infestado de casas rodantes en paro, donde la ley parece haber abandonado desde hace tiempo, el piso es tierra en lugar de cemento y donde nadie parece cuidar la espada de nadie, ¿Lindo, no?

La realidad es que ese lugar abandonado por la sociedad fue el único lugar que Rody y su familia pudieron llamar hogar, que no vio su espalda como una señal aborrecible, por qué habían peores personas con peor historial que solo un familiar "criminal". Los vecinos no les importo su llegada, y por el contrario, habían aceptado su repentina llegada y de vez en cuando les ayudaban sabiendo su situación. ¡La señora del frente siempre fue muy amable cuando notaba que habrían problemas en la noche y los alertaba para que fueran a dormir temprano!

Y su trabajo, después de su tercer mes dejo de ser amenazante y paso a ser más llevadero y rutinario, a veces le sorprendía con el cambio de mercancía o el cambio de circunstancias, pero contadas eran aquellas ocasiones, y aún así se encontró deseándolas por qué rompían su rutina

¿El cambio que tuvo cuando se metió en un lío mucho más grande? Concretamente, del tamaño internacional

Ayudar a un héroe extranjero no estaba en su lista de "posibles encuentros", y mucho menos tener que abandonar temporalmente su hogar y familia para ayudar a ese chico a escapar. Claro, ayudo por qué estaba en el mismo saco de recompensa de "vivo o muerto" que el héroe, pero algo en ese viaje, en ese chico japonés, le hizo reflexionar acerca de su vida, de su monotonía, de sus valores.

¿Y por qué engañarse? Ese viaje fue algo que no sabía que necesitaba, pero que ahora agradecía y atesoraria por años. Los hermosos paisajes y el relajante ambiente que ambos habían formado eran increíbles.

Pero más increíble fue la oscura historia detrás de aquel chico pecoso, alguien tan enérgico, amable y entregado al heroísmo, teniendo un historial tan sombrío, por supuesto que fue un shock para el. ¿Sabía el que todo lo que decía acerca de ese tal "Bakugo" era irrazonable para alguien que tuviera un poco de amor propio?, ¿considerando que el chico lo lastimó e ignoro por años? Según pudo entender más tarde, quizás lo sabía, pero se reprimía a si mismo, por su bien mental y por su bien emocional.

No lo culpaba, el rencor tampoco era una buena emoción que se disfrutará sentir, pero sabía que debía y tenía derecho a sentir, por qué el había sido lastimado por algo injusto, el podía sentirse furioso con la sociedad, por qué todo terminaría explotando de forma desagradable. ¿Izuku en cambio? Parecía llevarlo bien, asumir lo mejor de las personas y perdonar si demostraban poder cambiar, así como golpearlos si veía que estaban siendo dificiles. Pero seguía reprimiendose, pequeñas o no, esas emociones se manifestaban, y si era descuidado, explotaría

Asi que involucrarse de forma tan personal con el chico no fue una carga como siempre habia creido. Enseñarle, aconsejarlo o solo dejando que las palabras fluyeran entre los dos fue tan natural que ni siquiera noto que se habia acostumbrado cuando su tiempo a solas se habia terminado. Sin quererlo, se habia acostumbrado a ver sus mejillas sonrojandose, sus manos cicatrizadas apretarse cuando se frustraba, o solo con escuchar su voz se habia vuelto una rutina, tener a un chico como el rodeandolo todo el tiempo pudo ser algo que disfruto demasiado, y que se encariño de inmediato. Por eso, esperaba haber llegado a meter aquello en la cabeza del chico, por qué parecía tan bueno, demasiado bueno, que sería una pena que se quebrara por qué nadie tuvo el tiempo para ver qué se estaba desbordando sin que se diera cuenta.