Perdido :traducción: 🔞

.˚ᵖᵃʳᵗᵉ ᵘ́ᶰᶤᶜᵃ ୭ ⋆*｡

Masturbarse en su habitación mientras sus hyungs veían una película en la sala no fue la mejor idea que tuvo el joven cantante, pero estaba demasiado desesperado para esperar hasta el próximo día libre.

Mientras JeongIn tenía un consolador de cristal - con un bonito mango de corazón rosa - en su interior, pensaba en sus hyungs. En todos y cada uno de ellos. Se los imaginaba llenándolo como el buen chico que era, penetrándolo más profundamente de lo que su consolador podía, teniendo sus grandes pollas en su boca casi ahogándolo. El maknae estaba tan desesperado por ellos.

Dichos hyungs estaban en la sala, casi muriéndose de aburrimiento. La película que veían era la peor que habían visto, pero nadie hizo ningún movimiento por quitarla, solo bajaron el volumen del televisor, ya que la voz de la actriz principal se estaba volviendo demasiado molesta para escucharla. Fue entonces cuando empezaron a escuchar los pequeños ruidos provenientes de la habitación de JeongIn y MinHo. Todos los chicos se miraron con curiosidad, preguntándose qué estaría haciendo su pequeño maknae. Felix sonrió y se levantó, mientras los otros seis chicos lo seguían, asegurándose de no hacer ningún ruido.

MinHo fue el primero en llegar a la puerta, y entonces fue capaz de escuchar todos los lindos gemidos que salían de los labios su maknae, gemidos que tuvieron un efecto inmediato en él y en su cuerpo. Cuando se giró para ver a los demás, vio que estaban tan afectados como él por su pequeño JeongIn y sus sucios sonidos. Los miró pidiendo permiso en silencio para abrir la puerta y lo hizo cuando Chan asintió, tragando ligeramente. MinHo entró a la habitación, aún sin hacer ruido, moviendo sus ojos ante la visión frente a él.

JeongIn estaba en su cama, con las pálidas piernas abiertas por completo mientras se metía un consolador de cristal. Incluso hacer algo tan sucio parecía tan dulce cuando JeongIn lo hacía. El chico lindo solo llevaba puesto un jersey negro de MinHo, sus ojos cerrados mientras intentaba golpear su próstata, murmurando los nombres de sus hyungs, deseando que pudieran ayudarle. Solamente cuando escucharon sus nombres rieron por lo bajo, Chan acercándose a JeongIn.

"Estamos aquí, pequeño. ¿Con qué necesitas ayuda?"

JeongIn se quedó quieto por unos segundos, deteniendo los movimientos del consolador en él, para mirar a los ojos de Chan. Si no estuviera tan necesitado, se avergonzaría por el hecho de que uno de los miembros lo descubriera masturbándose, pero ahora los objetos de su deseo estaban ahí para ayudarle, no esperaría más.

Un gemido erótico salió de sus labios antes de responder.

"Por favor, fólleme... todos ustedes."

SeungMin y Chan, siendo los dos más cercanos a JeongIn sonrieron y pusieron manos a la obra. Chan le quitó a JeongIn el jersey de MinHo, y sus manos recorrieron el lindo cuerpo del chico, antes de posarse en su cintura. Se inclinó hacia él, antes de cerrar el espacio entre sus labios. Su beso fue todo menos suave, la lujuria se apoderó de ambos, haciendo que el australiano dominara el beso, explorando la boca de JeongIn con su lengua, mientras SeungMin marcaba su cuello. Los labios del vocalista se dirigieron hacia los lindos pezones del rubio, mientras se tensaba, sintiendo como los labios de SeungMin se cerraban alrededor de uno, mientras acariciaba el otro una y otra vez. El maknae no pudo aguantar más provocaciones, y empezó a suplicar, metido en su mundo.

"Por favor, papi, quiero tu polla dentro de mí, por favor."

Las palabras salieron de sus labios, sin ser capaz de filtrarlas y evitando llamar a Chan "papi". Puede que haya sido la mejor decisión que tomó, porque dio lugar a que Chan girara a JeongIn sobre sus manos y rodillas, abriendo su pantalón lo suficiente haciendo lo mismo con su ropa interior para sacar su pene.

"Pequeño, voy a entrar"

JeongIn solo asintió, queriendo sentir la polla de su líder en su trasero. Esperó demasiado por ese momento. Sintió la punta entrando en su ya preparado culo, gimiendo de lo lleno que se sentía. Chan empujó hasta el fondo, con la cabeza echada hacia atrás por el placer mientras gemía unas cuantas maldiciones en su lengua materna.