• Seven: Happier •

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Jay bailaba mientras caminaba de vuelta a la fuente de sodas. Traía en sus manos una bolsita de tela con la ropa que le prestaría al menor. Le quedaba ajustada, así que esperaba que a Jungwon no le quedara tan grande. Entró nuevamente al local y se dirigió al baño. Tocó la puerta tres veces junto a un tierno "Jungwonie". El pelinegro abrió la puerta y solo se dejó ver de los ojos para arriba. Parpadeó y miró la bolsa que Jongseong extendía hacia él.

-¿Eso es...?

-Un cambio de ropa. Puedes usarla hoy y me la devuelves otro día.

-No puedo aceptarla...

-Vamos Yang, o te cambio yo mismo.

Jungwon bufó y jaló la bolsa hacia adentro. Jay se recostó de la pared y revisó su teléfono mientras esperaba pacientemente, escuchando groserías desde adentro del baño de vez en cuando, lo que lo hacía reír. Unos diez minutos después, Jungwon por fin abrió la puerta y se dejó ver, pero mantenía la cara cubierta, lo que pasó desapercibido por un momento, debido a que el mayor se había quedado hipnotizado viéndolo. Usaba un sueter blanco y unos pantalones negros, todo le quedaba super grande. Incluso las botas blancas de su uniforme lo eran demasiado, pero se veía adorable. Su cabello estaba liso de un lado y esponjado del otro.

-Ugh, no me mires. Parezco un vagabundo.

-¿Por qué no te quitas la mano de la cara?

-Créeme que no quieres verme.

Jay bufó e intentó quitarle la mano de la cara a Jungwon, pero este se resistió e iniciaron un pequeño forcejeo, hasta que el mayor lo logró. La nariz del pequeño gatito estaba cubierta por una gasa blanca. Sus ojitos permanecían cerrados, le daba vergüenza que lo vieran con esa cosa en la cara.

-¿Qué sucedió?

-Me enredé en las sábanas y caí de cara al suelo. Me torcí la nariz y comenzó a sangrar como extintor de parque.

-¿Te duele?

-Mucho.

Jungwon hizo un puchero inconscientemente. No le gustaba hacer cosas que lo hicieran parecer tierno, pero era inevitable no hacer un puchero de dolor. Jay sonrió con ternura y se acercó al pequeño.

-Mi dedo es mágico, si te toco la punta de la nariz, ya no dolerá.

Jay lo hizo, observando como los ojos de Jungwon se ponían bizcos para poder ver su nariz. ¿Por qué ese niño era tan adorable? Era inexplicable, ¡Ni siquiera quería serlo! El menor hizo una bonita sonrisa de lado y sus ojos se entrecerraron. Tenía la necesidad de meterlo en una bola de cristal para que nada le pasara.

-Bueno, pequeño. ¿Qué haremos?

-Estaba pensando en ir a los bolos.

-Pues allá vamos.

Jungwon alzó ambos pulgares con energía, para levantar su pesada mochila y montarla al hombro. Realmente estaba demasiado pesada, por lo que se inclinó hacia atrás cuando el peso cayó sobre su espalda.

-Oh, pequeño Jungwonie... Ven, dame; yo la llevo por ti.

-No se preocupe Hyung, yo puedo con ella.

Rechazó Jungwon amablemente, pero al dar un paso, la mochila lo jaló hacia atrás, haciendo que perdiera el equilibrio. Jay estiró sus brazos y evitó que el menor se cayera de espalda al piso. Le sacó la mochila y se la colgó al hombro.

-Si quieres la podemos dejar en mi auto y la buscas cuando ya nos vayamos.

Jungwon asintió, sonrojándose por lo debilucho que lucía al lado de su enorme acompañante. Si ya de por sí Yang era pequeño, al lado de Park parecía un pitufo. Ambos emprendieron el camino hacia el estacionamiento en un silencio un poco incómodo, debido a que ninguno sabía muy bien qué decir. Al llegar a su vehículo, los ojos se abrieron de par en par al ver tremendo auto ahí, sobre todo cuando Jongseong se acercó y lo abrió.

You just want Attention [ʲᵃʸʷᵒⁿ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora